La fiesta del sol en Perú: El Inti Raymi

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Cuentan las leyendas y la historia que tiempo atrás los antiguos peruanos con necesidad de creer en algo más grande que ellos mismos, empezaron a encontrar a sus dioses regentes en todo lo que les rodeaba. El cielo, el agua, la tierra, los astros y otros elementos de la naturaleza dominaban su mundo, el pueblo en general, recurrían a ellos con solemnidad, buscando su favor y calmado su ira. Es en ese contexto que cientos de festividades magnánimas fueron apareciendo, todas envueltas en una atmósfera de fidelidad y adoración, donde no se medían límites para mantener felices a aquellos que dominaban el universo. Desde oraciones y música, hasta bailes y sacrificios en fiestas de culto, se convierten hoy en día en la herencia del Perú.El imperio incaico no fue ajeno a estas tradiciones. Este se desarrolló a lo largo de los andes en América del sur, de los territorios actuales de países como Perú, Ecuador, Bolivia, Chile y el norte de Argentina. Sus costumbres y celebraciones han trascendido en el espacio y tiempo, convirtiéndose en invaluables patrimonios inmateriales, siendo la más importante la fiesta de sol, o como es más conocida el Inti Raymi.

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Esta festividad era realizada cada solsticio de invierno en la capital de los dominios incaicos, el Cusco. Representaba el inicio de un nuevo año y retrataba el mítico origen del inca. La población entera se reunía en escenarios icónicos como el templo del sol, conocido como el Coricancha y  la plaza de Aucaypata, la que es hoy en día la plaza de armas del Cusco; mientras la familia real esperaba en cuclillas la llegada del sol y el inca llevaba con firmes los brazos abiertos hacia el cielo con un vasos de oro lleno de chicha en cada mano. Se realizaban también ofrendas y sacrificios animales.

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Sin embargo, con la llegada de los españoles en la época de la conquista en el siglo XVI, se prohibió su representación, pues se consideraba un ritual pagano. En el año de 1944, se admitirá nuevamente su práctica, como parte de una tradición más que como una creencia. En la actualidad aún se mantiene esta tradición, la cual tiene lugar cada 24 de junio en el Coricancha y en la fortaleza ceremonial de Sacsayhuaman. Desde el año 2001 se considera parte del patrimonio cultural del Perú. Se acostumbra celebrar una misa en su catedral antes del inicio de las actividades. La festividad empieza en el templo del sol, donde se aprecia la representación del ejército imperial, acompañados por músicos, mujeres y el  “Inca” con su esposa principal la “Qolla” junto al  “el sumo sacerdote”, donde invocan al sol, luego se trasladan en caravana hacia la fortaleza ceremonial, donde se realiza la ceremonia de la chica, ejecutan danzas y sacrificios y se honran a las momias de los gloriosos antepasados.

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Sin lugar a dudas es un ritual que se ha convertido en un gran atractivo para turistas de todo el mundo, una escena que merece se admirada y de la que querrás formar parte más de una vez. Como dato adicional, si te perdiste este mes la celebración no te preocupes, como una de las actividades especiales a realizar por el año del centenario del descubrimiento científico de Machu Picchu, se ha dispuesto recrear nuevamente esta fiesta a fin de año en la capital del Perú, Lima. Ya no existen excusas para no vivir la experiencia inca en la fiesta del sol.