La extraordinaria idea de tapar los rayos del sol con sombrillas espaciales

La Tierra sigue calentándose y el planeta agradece cualquier idea que mitigue un poco el calor, por muy extravagante que parezca. Incluso, este insólito planteamiento de protegernos del sol con unos enormes toldos que se abrirían en los confines del espacio.

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Sombrillas sobre las cabezas

Imagen Thinkstock

¿Quién no tiene una sombrilla o su equivalente para clima lluvioso, el paraguas? Estos dos prácticos utensilios fueron inventados por los chinos, hace más de 4 mil años, con una característica: son por lo general de uso personal, ya que debajo no suele caber más de una persona. En cambio, los parasoles espaciales de los que hablamos serían un poco más grandes, por lo menos de 3000 kilómetros de diámetro y si se instalan dos para sombrear ambos hemisferios terráqueos, podrían proteger a las 7 mil millones y tantas cabezas que conforman actualmente la humanidad, aunque quién sabe cuántas más serán para el momento de la apertura. Las terrenales sombrillas están muy cerca de nuestras cabezas. Las que lanzaríamos al espacio se situarían un poco más lejos, entre 1,5 y 2,5 millones de kilómetros de distancia.

No sería fácil mantener a las sombrillas en su sitio

Imagen Wikimedia Commons

En 1772, el científico franco-italiano Joseph-Louis Lagrange descubrió los puntos de Lagrange o puntos de libración, que son aquellas posiciones en las que un objeto espacial pequeño, afectado por la gravedad de otros más grandes, se libra de dichas atracciones gravitacionales. De esta forma, si pudiera colocarse nuestra sombrilla en un punto lagrangiano, se mantendría a resguardo de la gravedad tanto terrícola como solar.

El problema es que los puntos lagrangianos están a 1,5 millones de kilómetros, y ese no sería el único problema. La radiación solar empujaría los parasoles, por lo que habría que colocarlos más arriba, quizá a 2,5 millones de kilómetros. ¿Qué hacer cuando la labor de empuje esté a punto de arruinar el entoldado? Todavía no se sabe, pero sería ciertamente difícil empujarlo de vuelta a su posición original.

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Cómo un toldo podría tapar al inmenso Sol

El Sol tiene 1,4 millones de kilómetros de diámetro ¿cómo podríamos taparlo con una sombrilla de «apenas» 3000 kilómetros? Por las relaciones entre tamaños y distancias. Por la misma razón por la que la Luna, 400 veces más pequeña que el Sol, oculta el astro rey a los terrícolas durante los eclipses solares. Tampoco es que los científicos del proyecto, entre los que figura el español Joan-Pau Sánchez, estén pensando en dejar a las plantas sin fotosíntesis y a los amantes de las playas sin días soleados. Aspiran a reducir la radiación solar en un 2% para llevar la temperatura del planeta al nivel que tenía antes de 1980.

Cómo desplegar un parasol de 3000 kilómetros de diámetro a más de 2 millones de kilómetros

Que el proyecto está en los pañales lo ilustra el hecho de que todavía no se tiene idea de cómo se transportaría y abriría una inmensa sombrilla a una distancia tan lejana. Otro tema es el material de fabricación, que tendría que ser a la vez liviano y resistente. El metal de uso común más liviano es el aluminio. Un parasol del tamaño previsto consumiría diez años de la producción mundial de aluminio. Quizá tendría que ser otro componente. Los ingenieros de materiales tendrán que echar una mano para abrir la sombrilla.