Se estima que 1.4 millones de personas en Estados Unidos, cerca del 0,6% de la población del país, se identifican como transgénero.
La evolución de la salud trangénero y la lucha por acceder a sus derechos como pacientes


Cada vez se busca hablar más y concientizar acerca de las personas transgénero y sus derechos. Si bien el cuidado de la salud de las personas trans es un tema que se ha tratado de discutir, sigue quedando en el tintero.
Pero para comprender y trabajar en esta importante área de la salud, es importante conocer la evolución de la medicina transgénero.
Primeras operaciones de cambio de sexo

El físico alemán Magnus Hirschfeld, creó el término « travestido» o « travesti» en 1918 en el Instituto para la Ciencia Sexual de Berlín, definiendo al travestismo como el deseo de expresar el propio género en oposición a su sexo definido.
Si bien se trata de un término que ya es anticuado, su utilización permitió que él y sus colegas pudieran optar por terapias de cambio de género para proteger a sus pacientes.
Hirschfeld fue uno de los primeros en ofrecer a sus pacientes los medios para lograr el cambio de sexo, ya sea a través de la terapia hormonal, operaciones de cambio de sexo o ambos.
Pero no fue sencillo, en esa época, sus colegas buscaban la manera de «curar» a los pacientes transgénero de lo que creían eran aflicciones mentales.

( Lili Elbe, la verdadera «chica danesa»)
La teoría de adaptación de Hirschfeld, apoyaba a aquellos que querían vivir de acuerdo al género que sentían que era el adecuado, en vez del sexo al que estaban obligados a tener.
Lamentablemente, mucho del trabajo pionero del Instituto en el que trabajaba Hirschfeld fue destruido en la quema de libros nazi en 1933. Sin embargo, la historia ha podido comprobar que el instituto de Hirschfeld fue el primero en ofrecer cirugías de reasignación de sexo.
Una de las pacientes más famosas del instituto fue la pintora danesa Lili Elbe cuya vida fue retratada en la película La chica danesa.
La Segunda Guerra Mundial y la Alemania naxi forzaron a Hirschfeld al exilio y destruyeron su instituto de Berlín. Durante esa época, pocos avances pudieron hacerse por él y sus colegas.
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Pionero en Estados Unidos

En 1947 y de la mano del biológo Alfred Kinsey se creó el Instituto para la Investigación del Sexo en la Universidad de Indiana o también conocido como el Instituto Kinsey.
Kinsey fue uno de los primeros en usar el término « transexual» en sus estudios de género y ayudó a introducir el concepto en Estados Unidos, aunque hasta hace muy poco seguía siendo un término poco conocido.
En 1951, Christine Jorgensen se convirtió en la primera americana en hacerse una operación de cambio de sexo. Su historia captó la atención del mundo hacia la revolución transgénero en Estados Unidos. Pero en esa época, la falta de calidad en el cuidado de la salud transgénero en Estados Unidos, implicaba que tuviera que viajar a Dinamarca para obtener el tratamiento.
Como ella, varias personas viajaron buscando lo mismo, poder cambiar de sexo y disfrutar de una vida con la identidad que realmente tenían.
Un estudio crítico

En 1979, un estudio del hospital John Hopkins, cuestionaba las cirugías de reasignación de sexo debido a los resultados psicosociales de los pacientes que no demostraban ningún cambio posterior a la operación.
A pesar de las críticas y la falta de metodología del estudio, llevó a que cerraran la Clínica de Identidad de Género del Hospital Johns Hopkins, terminando con las cirugías de reasignación de sexo que ofrecía.
En un intento de estandarizar el cuidado en respuesta a las acusaciones del estudio, la Asociación Internacional de Disforia de Género Henry Benjamin, ahora conocida como la Asociación Profesional Mundial para la Salud Transgénero ( WPATH según sus siglas en inglés), creó la primera versión de los Estándares de Atención a la Salud de Transexuales, Transgénero y Personas no conformes de Género.
Hoy en día (y en su séptima repetición) los Estándares de Atención a la Salud brindan orientación sobre terapia hormonal, intervenciones quirúrgicas y demás.
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Avances lentos

Si bien parece que mucho se ha logrado en el área de la medicina transgénero, expertos sostienen que la adición en 1989 de la nomenclatura « desorden de género de identidad», es un gran paso hacia atrás.
Sin embargo, bajo esta noción, personas transgénero han podido acceder al sistema de salud.
En el contexto de la identidad de género, el término «desorden» fue suplantado por « disforia de género».
Hoy en día, afortunadamente, han quedado atrás las cirugías rudimentarias y las terapias experimentales. Se sabe lo que funciona y en 2009, para facilitar y hacer más accesible el tratamiento de pacientes transgénero, la Sociedad Endocrina elaboró unas pautas breves de prácticas clínicas que cubren diagnóstico, tratamiento y cuidado preventivo, además de los potenciales riesgos asociados a las terapias de transición de género.
Los pacientes transgénero son pacientes como cualquier otro y se merecen el mismo acceso a la salud, dejando atrás los estigmas, los prejuicios y la discriminación.
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