Durante 21 años, el rey Guillermo de Holanda ha llevado una doble vida. Y no, nada tiene que ver con relaciones sentimentales o hijos no reconocidos… Pero, finalmente, su secreto salió a la luz y ahora todos lo sabemos: si alguien viajó en KLM, quizá, haya sido él el piloto.
La doble vida del rey Guillermo: uno de los secretos mejores guardados salió a la luz

¡Ajá!, te agarramos, Guillermo. Cuando escuchemos tu voz por el altoparlante del avión, sabremos que eres tú y no un doble…
¿Quién es Guillermo?

Guillermo es el rey de Holanda. Llegó al poder durante el 2013 cuando su madre abdicó a los 75 años. Es el primer rey de los Países Bajos luego de 123 años de reinas. En América del Sur Guillermo es muy conocido porque su esposa, la reina Máxima, es de Argentina.
Quien fue príncipe y luego rey se comprometió con su sociedad. Ha trabajado en la gestión del agua, en las TIC y en los deportes de Holanda.
¿Qué hay detrás de su secreto?

Guillermo ama los aviones y, sobre todo, su conducción. Por este motivo decidió convertirse en piloto y realizar dos viajes al mes. Hace 21 años que lo hace de manera ininterrumpida.
«Volar es simplemente fantástico», manifestó a la BBC. Además, explicó que si no hubiera nacido en la realeza, su destino hubiera estado en los cielos, volando constantemente. No obstante, como integrante de la familia real, tiene que cumplir sus obligaciones. Por este motivo, ser piloto de avión se convirtió en un pasatiempo, pero uno secreto.
Pasar desapercibido nunca le fue difícil: «Puedo decir a los pasajeros que el capitán y la tripulación le desean una calurosa bienvenida sin decir mi nombre».
La aerolínea KLM vuela a distintas ciudades de Europa. Así que si estuviste de paseo por el viejo continente, quizá él haya sido el piloto que te llevó a una de las hermosas ciudades europeas.
Guillermo disfruta de su afición y lo ayuda a alejarse de las preocupaciones: «Tengo un pasatiempo para el que necesito concentrarme por completo. Estoy en un avión con pasajeros y tripulación, necesito ser consciente de esa responsabilidad. No puedo pensar en los problemas del suelo cuando estoy en cielo. Es un momento de desconexión. Es la mejor forma de relajarme».






