La danza les devuelve la vida a muchos niños y jóvenes en África

Cuando pensamos en la rehabilitación y la ayuda de niños en situación de calle, puede que la danza no sea lo primero que pase por nuestras mentes. Pero en África, concretamente en Nairobi y Kigali, son muchos los niños en esta situación que pueden fortalecerse gracias al baile.

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Crecer al ritmo de la música

Son dos las organizaciones africanas, Jitegemee en Kenia y MindLeaps en Rwanda, que están ayudando a los niños vulnerables del este de África a reinsertarse en el sistema educativo formal y a convertirse en adultos sanos y realizados.

Jitegemee es una ONG con sede en Kenia, que trabaja con jóvenes de la calle, a las afueras de Nairobi. Su ayuda se enfoca en la escuela primaria, la secundaria y la formación profesional.

Por su parte,  MindLeaps es una organización que trabaja diariamente con 90 jóvenes en Rwanda y tiene programas globales que alcanzan anualmente a 900 jóvenes. 

El poder de la danza 

Para los niños de la calle, el baile supone  respetar horarios, visitar un espacio seguro con regularidad y aprender junto a sus pares una habilidad que les genera entusiasmo, energía y aumenta su autoestima.

Una clase típica parte de un  calentamiento intensivo que es clave en las clases, les permite a los niños resolver sus frustraciones de forma positiva, así como prepararse para el aprendizaje.

Las clases también incluyen ejercicios grupales, en los que cada niño contribuye con un movimiento diferente al de sus compañeros, para armar una coreografía conjunta. Esta actividad pone a prueba su creatividad, agudiza su memoria y los motiva a trabajar en equipo.

El compromiso con el baile gesta grandes beneficios en los cuerpos y las almas de los niños y jóvenes. Al ritmo de la música, se encuentran sonrientes y fortalecidos, con la esperanza de un futuro mejor brillando en los ojos.