En nuestras mentes la Ciudad Prohibida es un mito, un símbolo de un distante mundo de cuentos de hadas, no un lugar real para viajar. El centro del poder de la China Imperial, sin embargo, es un lugar tan hermoso como real, y ciertamente es una de las grandes maravillas de la humanidad.
La Ciudad Prohibida de Pekín: atrévete a visitarla


Un inmenso misterio
La extensión del área es realmente gigantesca, más de 700 mil metros cuadrados, virtualmente una ciudad dentro de otra ciudad. Zijin Cheng (La ciudad Púrpura) fue formada por una colección de palacios, templos y edificios, encerrados por masivos muros, en los cuales vivía la familia imperial.
La ciudad Prohibida fue construida en 1406 por órdenes del emperador de la dinastía Ming, Zhu Di, cuando éste mudó la capital del imperio de vuelta a Beijing, y hasta 1911 fue residencia de 24 monarcas.

El área está rodeada de gigantescos muros, de alrededor de 10 metros de altura, con masivas torres de vigilancia resguardando los cuatro costados, y un ancho pozo. Para acceder a las áreas más importantes debemos primero pasar la entrada principal, la Puerta Meridiana, y luego la Puerta de la Suprema Armonía.
En este punto ya estás en la famosa plaza, inmortalizada en innumerables películas, donde los desfiles militares y las celebraciones más importantes tomaban lugar.
El Palacio de la Suprema Armonía
En la plaza se encuentra el Palacio de la Suprema Armonía, construido en piedra, 40 metros de altura, es el edificio más alto y se impone sobre toda la Ciudad Prohibida. De hecho, fue aquí donde las ceremonias y reuniones entre el Emperador y sus dignatarios se llevaban a cabo, sentado éste sobre su imponente trono dorado.
Palacio de la Pureza Celestial y Palacio de la Tranquilidad
Más allá de este Palacio está la corte, donde la familia imperial vivía. En particular el Palacio de la Pureza Celestial, representando el Yang era la residencia del Emperador.
En el Palacio de la Tranquilidad Terrenal o Yin, vivía la Primera Dama, mientras que la Unión fue construida en el medio de ambos y representaba el balance entre los dos elementos.
Alrededor de los edificios principales hay otros más pequeños, reservados para las concubinas del emperador y los niños, y también templos ricamente decorados y numerosos jardines.
Hoy en día, visitar la Ciudad Prohibida es como dar un paso atrás en el tiempo y admirar los tesoros de los Emperadores.
Las habitaciones son como un museo en el que se exhiben piezas de mobiliario, decoración, objetos misceláneos y parte del tesoro imperial.
¿Conocías esta increíble ciudad?







