Nápoles es, sin ninguna duda, la gran capital de la Italia del Sur. En ella todo es delirante y en extremo ruidoso, pero sigue siendo bella gracias a su entorno de mar y montañas, con el Vesubio prácticamente a sus puertas. Es un importante centro de cultura y hay monumentos y museos verdaderamente excepcionales. Desde San Martino se obtiene una hermosa visión de conjunto de la ciudad, la bahía y el volcán.
La ciudad de Nápoles y su maravilloso encanto


Ciudad de mil fantasías
Descendiendo de allí por la Vía Horacio y la Vía Caracciolo, que cambia luego su nombre a Vía Partenope, se llega al barrio de Santa Lucía, que cuenta a lo largo del mar con uno de los paseos costaneros más suntuosos del mundo. Éste acaba en la Plaza del Municipio. En la bahía veremos anclados tanto a un barco de guerra como a un moderno crucero. Girando la mirada divisaremos las macizas torres feudales del gigantesco Castel Nuovo, el castillo angevino mandado a construir por el Conde de Anjou , en ese entonces Rey de Nápoles.

Muy cerca están el Palacio Real, la plaza del Plebiscito, la iglesia de San Francesco di Paolo y el Teatro San Carlo. Pocas ciudades portuarias albergan tantas maravillas en tan reducido espacio y también está el Castel dell’Ovo, adentrándose en el mar como una flecha de piedra recordando la época del Medioevo.
Recorrido de felicidad
Veinticinco iglesias se agrupan entre el mar y la Piazza Cavour. Todas son de visita obligada, comenzando por el Duomo gótico que data del siglo XIII, la iglesia de los Girolamini célebre por sus bajorrelieves, la también gótica San Lorenzo Maggiore, la renacentista San Giovanni a Carbonara, San Gregorio Armeno de estilo barroco, San Domenico Maggiore con su crucifijo milagroso y sus lápidas, la iglesia del Gesú Nuovo, Sant’Anna dei Lombardi y su Pietá realista, Santa María Donnaregina con su fresco sobre Petrarca, la aérea Santa Bárbara, la popular Santa María di Piedigrotta y Santa Chiara con su claustro de Clarisas, uno de los más bellos de toda la península.
No acabaríamos nunca de enumerar las obras maestras agrupadas en Nápoles, incluso los increíbles oasis de silencio que son los santuarios de San Pietro ad Aram, Santi Sossio e Severinno y San Gennaro junto a sus catacumbas.

Cerca de la Piazza Cavour el más completo panorama de la civilización antigua nos lo brinda el Museo Nacional. En él podemos descubrir la evolución del Arte desde el Asia Menor hasta las pinturas y mosaicos de Pompeya, pasando por una colección única de estatuas griegas. Contrariamente a lo que sucede en Roma, Delfos o Paestum, estos tesoros no están al aire libre sino bien protegidos. Siglos han pasado y la huella de la antigua ciudad griega de Neo Polis sigue fresca, encantando a quien la visita, siempre persistirá en nuestro interior el deseo de volver.
¿Han visitado Nápoles? ¿Que sería lo primero que fueran a visitar allí?







