La bella ciudad balnearia de Hendaye se encuentra ubicada en la Región de Aquitania, en el sudoeste de Francia, casi en la frontera de ese país con España.
La ciudad de Hendaye, recorrido de primera

Es un lugar incomparable para pasar unas memorables vacaciones, cuenta con tres kilómetros de cálidas arenas y con dos espacios dedicados exclusivamente a las actividades náuticas, pueden practicarse en ella windsurf, kayak, vela y buceo.
Una ciudad internacional
Cubre una superficie de casi ocho kilómetros cuadrados y dista 18 kilómetros de la ciudad de San Sebastián en España y 21 de Biarritz dentro de su misma tierra. Tiene un importante puerto pesquero y una estación ferroviaria internacional a la que arriban trenes procedentes de Lisboa, Barcelona y Madrid.
Al norte limita con el Mar Cantábrico, al sur y al este con Urruña y al oeste con la Bahía de Txingudi y el Río Bidasoa que la separan del país vecino. Como dato histórico anecdótico cabe señalar que la pequeña Isla de los Faisanes (de 3000 metros cuadrados), situada en medio del Río Bidasoa, a partir de un tratado firmado en el año 1856, pertenece durante seis meses al año a España y los restantes a Francia.
Sobre la Cornisa Vasca, o Route de la Corniche, se levanta el Castillo Observatorio Abbadia, erigido sobre los acantilados entre los años 1864 y 1879 por el renombrado arquitecto Viollet-Le-Duc, por encargo del hombre de ciencias Antoine d’Abbadie; de estilo neogótico con características orientales, se destaca por su incomparable decoración y porque su propietario montó en él un valioso observatorio astronómico.
Dentro de la misma propiedad hay también un entorno natural protegido, 65 hectáreas con los más variados paisajes, bosques, pastizales, acantilados con sus ricas flora y fauna en estado silvestre; a lo largo de todo el año se realizan allí muchas actividades de las que disfrutan gratuitamente todos los visitantes.
Playa, puerto y excelente gastronomía
Frente a la playa se alzan los promontorios rocosos conocidos como Les jumeaux o Dunbarriak. Paseando por el Puerto de Caneta se llega a las ruinas de la Fortaleza Vauban y más allá se descubre Bakar Etchea, la que fuera la última residencia de Pierre Loti, afamado miembro de de la Marina Francesa y escritor de grandes novelas impresionistas.
La arquitectura neo vasca está representada por más de setenta villas y casas de blancas fachadas con armazones de madera rojiza; la mayoría de ellas deben su construcción al arquitecto Edmond Durandeau que las realizó a comienzos del siglo XX. Y en la amplia Plaza de la República nos aguarda la Iglesia de Saint Vincent, que data del siglo XVI, con sus hermosas galerías de madera y su refulgente blanco exterior.
Una ciudad dedicada al turismo, con importantes hoteles, habitaciones en casas de familia, campings y hasta un espacio para casas rodantes.
En los restaurantes se puede disfrutar de una excelente sopa de pescado o comer chuletas y lonjas de ternera, acompañado todo por la exquisita sidra fabricada allí mismo.
Todos los días que estemos disfrutando de Hendaye nos parecerá pocos y planificaremos regresar en cuanto podamos porque es una ciudad que atrapa con sus encantos a todo aquel que la visite.
¿Qué les parece la ciudad de Hendaye? ¿Habían escuchado alguna vez sobre ella?







