La ciudad de Burgas, en Bulgaria

Imagen Thinkstock

La hermosa y colorida ciudad de Burgas, está ubicada sobre la bahía de su mismo nombre, en la costa del Mar Negro, al este de Bulgaria y a 390 kilómetros de la capital, Sofía. Está dedicada mayormente a la industria (de la sal y del hierro) y al turismo.

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Cuenta con Aeropuerto Internacional y su puerto es el más grande del país; éste fue inaugurado en el año 1903, casi simultáneamente con el ferrocarril, lo que le dio un nuevo empuje a la ciudad.

Griegos, romanos, turcos, rusos y búlgaros

Fue fundada como puesto militar por los griegos, quienes la bautizaron Pirgos; quince kilómetros al suroeste los romanos habían hecho otro tanto fundando Deultum. Alrededor del siglo XVII toma su actual nombre.

Cae más tarde bajo el poder de los turcos y el ejército ruso consigue liberarla en 1878. Muchos de los edificios con los que la ciudad cuenta hoy en día datan de esa época, su imponente arquitectura es básicamente del siglo XIX y tiene el estilo de la Rusia de entonces. Gran profusión de parques y jardines la engalanan y la llenan de color.

En ella se pueden visitar el Jardín del Mar, junto con el Casino del Mar (abierto en el año 1938), el Puente, la Catedral de Cirilo y Metodio, el Patheon, el Museo Etnográfico, el Museo de Ciencias y Naturaleza, las fortalezas de Poros y de Rusocastron, la Colonia Flavia Deultemsium, los Monasterios de Santa Bogoroditsa y de Santo Atanas, la Aduana, las playas (en la zona norte caracterizadas por su arena negra), los numerosos teatros, galerías de arte y los enormes centros comerciales que abundan.

Religiosidad y amor por la naturaleza

A sólo un kilómetro y medio de la costa está la Isla de Santa Anastasia, que cuenta con agua potable y electricidad, elevándose a doce metros sobre el nivel del mar. Su nombre proviene del monasterio erigido en ella durante la Edad Media (el cual debió ser reconstruido en los siglos XVIII y XIX) y que fuera abandonado en 1923 cuando la isla fue transformada en prisión, no con mucho éxito dado que en 1925 hubo una evasión masiva de presos políticos que huyeron a Rusia. 

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Hoy podemos recorrerla para conocer su hermoso faro, el pequeño muelle, beber una copa frente al mar y hasta albergarnos.

En sus alrededores hay varios parques naturales, el del Lago Vaya, el del Lago Atanasovsko, el del Lago Madrensko, y los de Poda, Usungeren y Chengene Skele.

Una ciudad de cuidado aspecto, moderna pero con un pasado que dejó mucho de sí y que aún puede admirarse, donde los colores con los que están pintadas las fachadas de las casas hace juego con los de las flores que las engalanan; para descansar pero disfrutando,  y para traer de las vacaciones los más gratos recuerdos.

¿Habían escuchado o leído acerca de Burgas? ¿Les gustaría visitar Bulgaria?