El tomate es una fruta que proviene de la planta tomatera, cuyo nombre científico es Solanum lycopersicum. Esta planta es originaria de América Central y del Sur, y se comenzó a consumir como alimento en México. Debido a su versatilidad, el tomate es consumido en todo el mundo de diferentes modos, ya sea como salsa, puré, zumo, deshidratado, fresco o enlatado.
La ciencia resuelve el gran dilema sobre si deberíamos guardar los tomates en la heladera o no

El tomate es una planta tropical y por lo tanto es susceptible a bajas temperaturas. Cuando los tomates son sometidos a bajas temperaturas, ya sea en las cámaras de producción o en la heladera del consumidor, pierden sabor y aroma. A pesar de esto, muchas personas siguen utilizando las bajas temperaturas como principal modo de conservación de los tomates. Ahora, un grupo de científicos demostró por qué es que los tomates cambian al estar en temperaturas bajas y esta información podría ser útil para los cultivadores de tomate, ya que podrían modificar la temperatura para impedir que suceda esto.
Los genes de los tomates

Un grupo de científicos se propuso investigar porqué los tomates pierden su sabor cuando están en la heladera. El equipo fue liderado por Harry Klee de la Universidad de Florida en Gainesville. Los científicos estudiaron más de 25 mil genes en las variedades de tomates, antes, durante y luego del refrigerio de tomates.
Como el tomate es una planta tropical, el refrigerio es considerado un factor estresante que reduce la actividad de miles de sus genes. Muchos de estos genes son responsables por producir enzimas que sintetizan químicos volátiles que le aportan al tomate ese sabor dulce y el aroma tan atractivo. Varias de estas enzimas nunca vuelven a sintetizarse, incluso luego de que el tomate vuelve a estar a temperatura ambiente.
Además, mediante un test de sabor, los científicos confirmaron que el refrigerio de los tomates les quita realmente el sabor.
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La metilación del ADN en los genes de los tomates
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Según los análisis realizados, la refrigeración genera cambios en la metilación del ADN y es esto que afecta a varios genes.
La metilación del ADN es un mecanismo que permite activar algunos genes y desactivar otros durante largos períodos. El científico Klee explica que al desactivarse la metilación de algunos genes es probable que el efecto de perdida del sabor sea a largo plazo.
La fisióloga Elizabeth Baldwin, del laboratorio de investigación del Departamento de Agricultura de Fort Pierce en Estados Unidos, explica que esta información es muy útil para mejorar los cultivos de tomate, seleccionando las variedades que tengan genes más resistentes al frio, o eventualmente conducir la manipulación genética.
Mientras tanto, anótalo: no deberías poner los tomates en la heladera si quieres que tengan un buen sabor y aroma.









