La ciencia explica cómo convertir la ansiedad en una ventaja con solo 3 palabras

Una simple y novedosa propuesta para afrontar con éxito las situaciones estresantes.

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¿Te ponen nervioso las declaraciones de amor?

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Frecuentemente nos ponemos ansiosos ante la inminencia de un evento de importancia. La presentación de una tesis de grado o de un proyecto en el colegio o en la universidad. Una cita con alguien a quien al fin le haremos una declaración amorosa. Una reunión con el jefe para solicitar un aumento de sueldo.

Casi siempre nos decimos que debemos tranquilizarnos o alguien cercano nos dice ¡cálmate!, lo cual no hace más que incrementar la ansiedad.

Alison Brooks, de la Universidad de Harvard, opina que esos comportamientos son erróneos; exactamente lo que no se debe hacer cuando estamos ansiosos. A cambio, Brooks postula que no hay que rechazar el sentimiento de ansiedad sino convertirlo en un resultado positivo.

En lugar de que te lamentes diciendo algo así como: «Que fastidio, estoy muy nervioso», Alison Brooks propone que digas positivamente «Estoy muy emocionado»

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¿Qué tal eres en el karaoke?

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Para hacer su comprobación experimental, Brooks sometió a un grupo de voluntarios a situaciones para muchos de nosotros angustiantes, como cantar en público, hacer una presentación y resolver difíciles problemas de matemáticas bajo la presión del tiempo.

Lo primero que Brooks les dijo que harían sería cantar. Antes de empezar, un grupo debía decir «Estoy nervioso», otro debía decir «Estoy emocionado» y el tercero no debía decir nada. Los que dijeron que se sentían emocionados, no solo lo estaban en verdad, sino que también cantaron mejor, de acuerdo con las mediciones automatizadas realizadas.

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Ansiedad positiva

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Algo similar ocurrió con la prueba de dar un discurso de dos minutos frente a una cámara. Los participantes «emocionados» hablaron por más tiempo y fueron más convincentes. Igualmente, fueron más exitosos en la prueba de matemáticas que los que declararon sentirse nerviosos.

Algo interesante es que las mediciones indicaron que las frecuencias cardíacas se mantuvieron en niveles similares antes y después de pronunciar las correspondientes frases. Simplemente, los que dijeron «estoy muy emocionado» convirtieron su angustia en algo positivo.

Quizá suene demasiado simple, pero tiene sentido, al cambiar una mentalidad de amenazas por otra de oportunidades. 

Así que la próxima vez que te sientas nervioso por un evento importante, nada pierdes con probar con las tres palabras supuestamente mágicas. Quizá esa chica o ese chico que te gusta perciba en ti una emoción positivamente distinta.