La ciencia del terror: así reacciona tu cuerpo cuando ves una película de miedo

Libros, películas, cortometrajes, cómics, videojuegos... No importa el formato, mientras prometa sacarnos un susto, nos encantan. Tenemos una relación amor-odio con el terror. Es compleja, pero estamos comprometidos y no la cambiaríamos por nada.

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Más allá de que te suden las manos o empieces a temblar, tu cuerpo reacciona en un nivel químico que no notamos a simple vista. Todo en nombre de la supervivencia, porque aunque sólo se trate de una película, tu cuerpo no se va a arriesgar a esperar a ver si el tipo que corre hacia ti con una sierra eléctrica es de verdad o no.

El miedo en la sangre

Imagen Shutterstock

Un estudio de la Universidad de Coventry, en Reino Unido, investigó los efectos que tiene el estrés en los leucocitos o glóbulos blancos. Los 32 voluntarios fueron separados en dos grupos: uno se quedó sentadito tranquilo en un cuarto y el otro miró por primera vez La masacre de Texas de 1974.

A los participantes se les tomó la presión, el ritmo cardíaco y una muestra de sangre antes y después de ver la película. Se descubrió que el estrés de estar asustado aumenta de manera significativa la cantidad de glóbulos blancos en la sangre, así como de hematrocitos y hemoglobina (la encargada de transportar oxígeno en el organismo).

Cuando entramos en pánico por miedo a que un asesino psicópata nos persiga en una carretera abandonada, nuestro cuerpo entra en modo de supervivencia. Es el momento de huir o actuar, incluso aunque el estímulo sea ficticio, como una película.

Humano prevenido vale por dos

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Las situaciones estresantes incrementan nuestros niveles de adrenalina y de leucocitos para prepararnos en caso de necesitar luchar o correr como locos, al llenarnos de sangre, oxígeno y energía. Por ello se cree que un buen susto tiene la capacidad de reforzar el sistema inmunológico (que está a cargo de los leucocitos) y hasta de bajar de peso, porque afecta al metabolismo.

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Es más, tu organismo se prepara tanto para lo que podría pasar o no, que hasta la sangre se espesa ante el peligro. Una investigación del Centro Médico de la Universidad Leiden, de Países Bajos, comprobó que una película de miedo aumenta la concentración del factor VIII, una proteína que coagula sangre. Así, en caso de resultar herido, tu sangre se prepara para coagularse lo más rápido posible.

Aunque tu sabes que el monstruo baboso que ves en la pantalla del cine es de mentira, el estímulo de «¡Aiuda! ¡Veo algo horrible!» igual llega a tu cerebro. Por eso en estas situaciones de estrés, a pesar de ser ficticias, tu cuerpo no deja de aplicar la de "es mejor prevenir que lamentar".

¿Tú ya conocías estas reacciones del cuerpo ante las películas de sustos? ¿Qué otra te sabes?

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