La ciencia asegura que la crianza dura tiene este significativo resultado a nivel educativo

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Todas las madres y todos los padres buscan lo mejor para sus hijas e hijos, pero lo cierto es que no hay un manual acerca de cómo llevar a cabo la difícil tarea de ser padres o madres.

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Es así que vemos todo tipo de crianzas, algunas más permitivas y otras más exigentes. Pero la ciencia sostiene que la crianza agresiva y dura puede traer malas consecuencias para los niños en el entorno académico.

Agresividad y logros educativos: las investigaciones de la ciencia

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La investigación publicada en la revista Child Development hizo el seguimiento de 1500 adolescentes que crecieron en Maryland, Estados Unidos, y vieron que aquellos niños que recibían amenazas y gritos regularmente o eran castigados de forma agresiva, tenían más tendencia a abandonar la escuela o la secundaria, sin importar sus notas.

Esos niños también tendían a tener malos comportamientos desde robos hasta peleas o un comportamiento sexual temprano.

Para arribar a esas conclusiones, se realizó un cuestionario para los niños con preguntas acerca de su crianza, el comportamiento de sus padres y si experimentaron agresiones verbales o físicas. También se les preguntó acerca de delincuencia, comportamiento sexual y relación con sus pares.

El resultado de la agresión en los niños

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No es la primera investigación que relaciona la agresividad en la crianza con los problemas académicos. 

Incluso la ciencia ha demostrado que golpear a los niños puede hacer que sean más agresivos, sufrir problemas mentales como depresión o ansiedad y eso puede llevar a dificultades de aprendizaje.

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Según los científicos a cargo de la reciente investigación, el estudio explora por primera vez cómo la crianza agresiva puede afectar los logros educativos de los niños a largo plazo.

Los expertos observaron que en ambientes poco estables o agresivos, los niños tienden a centrarse en los logros a corto plazo en vez de tener una perspectiva mayor sobre su vida.

Más allá de que no hay reglas ni manuales sobre la paternidad, la evidencia científica deja más que claro que la agresividad en la crianza no trae buenos resultados.