La Casa de Ana Frank, el refugio más turístico

Por muchos es conocida la historia de Ana Frank y su famoso diario, publicado y traducido en numerosos idiomas, uno de los mayores íconos de la II Guerra Mundial. El refugio de la família Frank, conocido como La Casa de Atrás, en Amsterdam, sigue siendo uno de los lugares turísticos más visitados no sólo de Europa sino del mundo, en el que la pena y la admiración se entremezclan a lo largo de la visita al refugio más turístico.

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Historia del refugio

Imagen Thinkstock

Llegados desde Alemania en 1933, la familia Frank, compuesta por los padres Otto y Edith y sus dos hijas Margot y Ana, se instalaron en Amsterdam huyendo de los primeros temores al régimen de Hitler. Tras la invasión del país en 1939, la familia optó por utilizar las dependencias de la fábrica de mermeladas de Otto Frank, la conocida como "Casa de Atrás" en la calle Prinsengracht 263-267 para refugiarse, junto a otra familia, hasta su posterior descubrimiento por parte de los nazis el 4 de agosto de 1944.

Otto Frank fue el único superviviente, regresando a la casa un año después. Allí descubrió el famoso diario de su hija Ana, el cual se encargó de publicar hasta convertirse en uno de los mayores testimonios de tan oscura época.

Visitando la Casa de Atrás

Conviene ir a primera hora hasta la calle Prinsengracht, en la zona oeste de la ciudad y cuya figura de la niña sobre la calle adoquinada nos indicara la correcta llegada al museo. Las entradas son de 9 euros para los adultos, 4.50 hasta 17 años y gratuito para los niños.

Los grupos van pasando de manera fraccionada, recorriendo el hall e introduciéndose en el legado de los Frank. Primero atravesaremos las antiguas oficinas de Otto Frank en la Casa de Delante hasta llegar a la famosa estantería a modo de entrada secreta a la Casa de Atrás, adosada a un edificio exterior a Prinsengracht. 

Dentro podremos descubrir el minúsculo salón donde convivieron 8 personas, las habitaciones de las niñas con motivos decorativos de la época en las paredes o el austero cuarto de baño. La visita se mueve entre escaleras antiguas, compuertas y ventanas reveladoras, un lugar de pequeños detalles. También las frases del diario grabadas por todos los lados nos guiarán.

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Los motivos, la decoración o instrumentos tan bien conservados desde los años 40, a pesar de la reciente restauración, transportan al turista a un ambiente tan familiar como sebrecogedor, cuya emotividad va en aumento a medida que nos aproximamos al final y llegamos al museo recordatorio de Anna Frank, donde pueden visualizarse declaraciones de su padre o videos del genocidio nazi.

Observaciones para los turistas

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Si visitas la casa con niños, es importante ver los videos o hacerles comprender las cosas que posiblemente observaran durante la visita. Para quienes vayan con bebés, el baño de mujeres ofrece espacio para cambiar pañales.

Antes y después de la visita el complejo museo ofrece la posibilidad de cafetería donde comer un menú o tomar un café, además de la gran librería y tienda de souvenirs donde encontraremos todas las versiones impresas (incluso cómics) de la historia de Ana Frank.

El museo fue renovado recientemente, habilitando un ala nueva para exposiciones, especialmente en homenaje a Ana Frank y que encontraremos al final de la visita al refugio así como restos del verdadero diario.

La casa de Ana Frank es un lugar que inspira respeto e incluso tristeza, aunque no deja de ser un lugar de gran interés histórico y un obligado de la ciudad de Amsterdam. La niña más querida de la II Guerra Mundial dejó un legado que gracias a Otto Frank ha podido perdurar y esperemos que así sea durante toda la eternidad. ¿Alguna vez has visitado el refugio de Ana Frank