Para quienes han leído la Biblia la historia de Moisés es conocida. Liberó a su pueblo y los llevó por el desierto camino a Canaán. Tras su muerte Josué tomó el mando. Actualmente la teoría más difundida es que las personas de la zona eran nativas, de una región que se encontraba donde hoy está Israel. Sin embargo, nuevas pruebas arqueológicas demuestran que probablemente sí hubo un éxodo.
La Biblia podría tener su primera evidencia científica tras un hallazgo de ruinas en la frontera de Israel

Según describen en el documento publicado por miembros del grupo Proyecto de Excavación del Valle Jordán, 19 sitios contenían vasijas de entre los años 1250 a 1000 A.C. Si bien no se puede asegurar todavía que haya sucedido tal cual en la Biblia, la información hasta ahora va bien con lo que cuentan las escrituras:
Khirbet el-Mastarah podría ser representativo de un asentamiento temprano cuando los israelitas eran personas nómades o seminómades en la región y Khirbet ‘Auja el-Foqa cuando eran una sociedad a nivel estatal. En un rango de solo algunas millas, podríamos ser capaces de ver la evolución de la temprana Israel de una cultura a escala doméstica a una cultura a escala política. Esta imagen se corresponde con los relatos bíblicos de Josué.
¿Por qué es difícil dar una fecha exacta?
Las construcciones no mostraron estar relacionadas con artefactos humanos porque en esa época se usaban carpas, las cuales se levantaban y movían de lugar cada temporada. Las casas construidas eran para los animales, probablemente ubicados a cierta distancia de donde vivían las personas.

Concuerda con un lugar usado por pueblos nómades, tal como aquellos que llegaron según las escrituras. Debido a la falta de poblaciones en la zona para cubrir ese espacio, los investigadores tienen la hipótesis de que llegaron desde otro sitio. Sin embargo, tendrán algo más de tiempo antes de probar cualquier asociación directa con los hechos bíblicos o personajes que pudieran haber existido realmente allí.
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