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La Basílica de Sacre Coeur en París

Publicado 25 Abr 2008 – 02:16 PM EDT | Actualizado 5 Abr 2018 – 01:47 PM EDT
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Si visitas Francia no puedes evitar hacer una recorrida por sus basílicas, vivos testimonios de la historia religiosa de esta impresionante nación. La Basílica de Sacre Coeur, en París, es una de las más importantes basílicas de toda Francia, y su fama la hace un destino imprescindible para adentrarse en el corazón de la historia de este país.

En la famosa Colina de Montmartre yace espléndida y como si los años no pasaran la Basílica de Sacre Coeur, la cual se eleva a unos 129 metros por encima del Río Sena, y su nombre significa Monte de los Mártires.

En el año 1870 estalló la guerra entre Francia y Alemania, siendo la primera derrotada por la última al año siguiente, en 1871. La desobediencia de Francia a las órdenes papales no encontró mejor forma de redimirse que construyendo una iglesia emblemática y de gran talante, surgiendo así esta famosa basílica.

Quien ganó el concurso para construirla fue Paul Abadie, y las obras comenzaron en 1875, pero al haber fallecido el arquitecto, éste fue sucedido por cinco más, prolongándose las obras hasta 1919.

Algo interesante de destacar es que la Basílica de Sacre Coeur fue construida en base a la donación de fondos por parte de los fieles franceses, y en reconocimiento a su aporte la dirección de obras de la basílica ordenó que sus nombres quedaran impresos en las paredes de la construcción, así que si la visitas podrás saber quiénes fueron los que aportaron para su erigimiento.

Esta hermosa basílica tiene una forma de cruz griega, y esto la hace resaltar por sobre las demás iglesias de Francia (aunque también esta característica ha sido lo que le ha dado tanta fama). El secreto de que esta construcción esté tan bien conservada es que está construida a base de un mármol que se aclara con la lluvia, haciendo así parecer que a la basílica no le pasan los años.

Para conocer esta hermosa basílica puedes hacerlo a través de un funicular o autobús, aunque lo más recomendable es el acceso a pie por las escalinatas, pues probablemente te topes con artistas que harán más pintoresco el paseo.

La entrada a la basílica es gratuita, aunque debes recordar que  sí se te cobra entrada al domo y a la cripta.

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