Esta bella ciudad de Turquía, ubicada dentro de la Provincia de Esmirna, dista 450 kilómetros de Estambul y es conocida como La perla del Egeo, por ser ese el mar que baña sus costas. Fue fundada alrededor del año 3.000 a.C. y tiene un Santo Patrono que es Policarpo de Esmirna, mártir cristiano durante la época de la ocupación romana. Cuenta con el segundo puerto del país y es la tercera ciudad en cuanto a cantidad de habitantes se refiere. Las penínsulas de Foça y Clazómenes la abrazan cálidamente.
Ìzmir o Esmirna, una hermosa perla en el Mar Egeo

Cuna de grandes poetas
Fue fundada tres mil años antes del nacimiento de Cristo y estuvo bajo el poder de distintos imperios, el hitita, el griego, el persa, el romano, el bizantino y, tras varias idas y vueltas entre Grecia y Turquía, fue dominada definitivamente por el Imperio Otomano, aunque es la más occidentalizada de sus posesiones. Dentro de los límites de la Provincia de Esmirna se hallan además, hoy en día, tres de las antiguas ciudades que junto con ella marcaron historia en esa parte del Mar Mediterráneo, Éfeso, Sardes y Pérgamo, que por sí solas ya reciben miles de turistas cada año. Otros tantos acuden por los festivales internacionales que se celebran en ella, uno de Poesía en el mes de Marzo (en Esmirna nació Homero, el gran poeta de la antigüedad clásica), uno de Arte en los meses de Junio y Julio y una alegre feria de la Industria y el Comercio en Agosto y Septiembre.

Izmir posee aeropuerto y un modernísimo metro. El clima en invierno es benigno y los veranos son prolongados pero el calor es atenuado por la brisa del golfo de Izmir. Cuenta con varias universidades y es famosa por su industria textil, que produce desde las renombradas alfombras que ostentan su nombre hasta suaves sedas y delicados tejidos de algodón.
Numerosos son los lugares para visitar, comenzando por el Monte Pagos con las ruinas de un castillo de la época de Alejandro Magno desde el cual se tiene una vista privilegiada de la ciudad y su bahía; la Iglesia de San Policarpo, una de las siete iglesias mencionadas en la Biblia, en el Libro del Apocalipsis; la Mezquita de Hisar que es la más grande y de mayor belleza de la ciudad y la Torre del Reloj de la Plaza Konak, en el corazón mismo de Izmir.
Barrios tradicionales y nuevas atracciones
También son dignos de recorrerse los barrios judíos de Asansör y Havra Sokak. El barrio turco tradicional de Alsancak con muchas casas antiguas restauradas que fueron convertidas en cafés y restaurantes. El mercado de Agora en el barrio de Namazgah y el mercado de Kemeralti que exhibe las más hermosas antigüedades, alhajas, trajes típicos y perfumes junto con los mundialmente afamados higos secos y pasas de Izmir. Hay que ver los acueductos de Sirinyer y de Yesildere, el templo dedicado a la diosa griega Atenea en Bayrakli. Degustar los exquisitos vinos locales en Karsiyaka, recorrer los innumerables museos o pasar un día en el Kültürpark, con su zoológico, sus jardines y su parque de atracciones; o en los alrededores llegarnos hasta las aguas termales de Balçova.

Izmir es una ciudad con encanto antiguo pero que derrocha modernidad, un gran portal entre Oriente y Occidente, donde ambas culturas conviven pacíficamente y dan cada una lo mejor de sí mismas, para deleite de quien puede pasar varios días de ocio disfrutando de tanta belleza.
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