Peggy Whitson estuvo nada menos que 665 días en el espacio, como miembro de la tripulación de la Estación Espacial Internacional. La astronauta ama su trabajo y todo lo que respecta a vivir en un lugar así, haciendo pruebas científicas o experimentando con la tecnología. Pero hay algo que seguro no va a extrañar de sus días en el espacio y es ir al baño. Así lo contó en una entrevista con Business Insider.
Ir al baño en el espacio es MUCHO peor de lo que imaginas, según esta astronauta

¿Qué implica usar el inodoro en la estación espacial?
International #Space Station Outhouse #Toilet, so just how do you use this in zero gravity? https://t.co/Ouu8waF6DH pic.twitter.com/RgoEru37Td
— Pilgrimtraveler.com (@KarenGentry99) March 5, 2018
Whitson dice que es como estar acampando, así que puedes hacerte una idea de algo bastante lejano a las comodidades de una casa o un hotel en ese sentido. Orinar no es tan complicado. Se trata de una especie de embudo y un ventilador que tira la orina para que no flote, como te imaginarás que sucede sin el equipamiento. Pero además, ese líquido no desaparece, sino que en ocho días se vuelve agua potable nuevamente (80% es para beber).
El problema, según la astronauta, es cuando es necesario defecar. El agujero en el inodoro es bastante pequeño, del tamaño de un plato, y en esas circunstancias es difícil acertar correctamente. Con el ventilador se genera un vacío que lanza el excremento, que luego es sellado al vacío para tirar.
Pero... a veces no sale bien
Según Whitson de vez en cuando el inodoro funciona mal o simplemente el proceso no se termina correctamente y tienen que atrapar excrementos flotantes en el baño. Los desechos sellados al vacío se juntan con toda la basura que generan y se pone en una nave pequeña, marcando una trayectoria que termina con ella prendida fuego. Así desaparecen completamente.
¿Qué te parece el proceso de ir al baño en la Estación Espacial Internacional?









