Una noche de marzo en 2016 varios hombres entraron a la casa de una activista ambiental, Berta Cáceres, que se había manifestado contra una central hidroeléctrica, y la mataron a tiros mientras dormía. El hecho tomó notoriedad mundial pero pareció un suceso aislado. Global Witness, una organización internacional que busca terminar con la explotación de los recursos humanos así como los abusos de los derechos humanos, decidió estudiar el caso de Honduras y encontró que la muerte de Berta Cáceres no fue un hecho aislado.
Honduras es el país más peligroso del mundo para los activistas ambientales

Un año antes de su muerte, Alan García de 17 años y su padre fueron agredidos por el ejército de Honduras. Su padre falleció y él logró sobrevivir a un disparo en el pecho. ¿Por qué fueron agredidos? Porque se manifestaban contra la misma central hidroeléctrica por la que luego fue asesinada Berta Cáceres. Pero no solo eso, la organización también encontró que 120 personas fueron asesinadas desde 2010 : todas ellas tenían un vínculo con la protesta por la contaminación ambiental.
Honduras: un lugar donde convertirte en activista ambiental es sinónimo de muerte

La organización estuvo 2 años investigando lo que sucedía en Honduras. Finalmente, encontró que aquellas personas que mandaban a asesinar a los activistas ambientales eran de las élites más ricas de la sociedad. Incluso denunció que muchas personas de la clase política estaban involucrados en estos conflictos.
Soborno, violación y silencio: los tres «pilares» de la contaminación climática en ese país según la organización. Quizá esto provoque que los crímenes sean impunes y que mientras los familiares de los activistas lloran su muerte, los sicarios y quienes orquestan los crímenes caminan tranquilos por las calles.
«Hemos documentado innumerables ataques y amenazas escalofriantes, incluyendo la salvaje golpiza a mujeres embarazadas por parte de soldados. También incendios a hogares, pero mientras todo esto sucede los sicarios vagan libres por la ciudad», manifestó Billy Kyte, líder de la investigación.
La corrupción

La muerte de los activistas ambientales no es el único problema que tiene este país. Es más, la muerte de esas 120 personas es consecuencia de un problema nacional: la corrupción.
Kyte manifestó que los «la élite del país utiliza medios corruptos y criminales para sacar provecho de la riqueza natural del país y obtienen ayuda del Estado».
Según la organización Business Anti Corruption, Honduras padece corrupción en el sistema judicial, en la defensa nacional, en los servicios públicos y en cada aspecto que atañe al gobierno: desde la contratación hasta los impuestos. Todo está salpicado por corrupción. Dentro de esta gama enorme de servicios afectados por la corrupción, están los recursos naturales y su enorme riqueza.






