Hipersensibilidad alimentaria: ¿cuáles son las alergias alimentarias más comunes?

Imagen Thinkstock

Una alergia se define como la hipersensibilidad inmunológica a una sustancia cualquiera. En términos generales se pueden clasificar en tres grandes grupos, en función de la parte del cuerpo donde se presentan los síntomas: en el sistema respiratorio, en la piel o en los ojos.

PUBLICIDAD

A su vez, para cada uno de esos tres grupos, se pueden subclasificar en función de qué tipo de sustancia o elemento induce la reacción alérgica:

  • Respiratorias: ácaros, humedad.
  • Piel: alimentos, sol, medicamentos, níquel, picaduras, latex, anisakis.
  • Ojos: polen, animales.

Esta clasificación es útil pero no del todo exhaustiva. Algunos alérgenos asociados a las infecciones en la piel, por ejemplo, también pueden causar síntomas en otras partes del cuerpo. Es el caso de los alimentos y hoy, justamente, nos queremos concentrar en las alergias alimentarias.

Las alergias alimentarias más comunes según grupo de alimentos

Imagen Thinkstock

La alergia alimentaria es la hipersensibilidad inmunológica a una proteína presente en un alimento. Esto significa que la alergia no es al alimento en sí, sino a un componente en particular.

  • Lácteos: leche de vaca.
  • Huevos: huevo de gallina.
  • Pescados: pescado blanco.
  • Maricos: crustáceos y moluscos.
  • Frutos secos: nuez, almendra, avellana, cacahuete o maní.
  • Cereales: trigo, centeno, cebada, acena, arroz.
  • Frutas: melocotón o durazno, fresa o frutilla, melón, nectarina, kiwi, sandía.

Los síntomas de una reacción alérgica de tipo alimentaria aparecen de forma clara, bien definida y veloz. En general aparecen síntomas entre los primeros 30 a 60 minutos, aunque algunos llegan a demorar hasta dos horas, pero no más.

PUBLICIDAD

Síntomas de la alergia alimentaria

Imagen Thinkstock

Los síntomas de una reacción alérgica de este tipo varían en función de la cantidad consumida del alérgeno, la sensibilidad de la persona y la reacctividad del órgano afectado.

Los síntomas más comunes se pueden clasificar en tres grandes grupos:

  • En la piel: urticaria, prurito, enrojecimiento, dermatitis, inflamación de labios, boca, lengua, cara y/o garganta.
  • En el sistema digestivo: náuseas, vómitos, cólicos, diarrea, ardor de boca o garganta, hinchazón y dolor abdominal.
  • En el sistema respiratorio: rinitis (moqueo, congestión, estornudos), asma y tos.

Estos síntomas son relativamente leves y controlables, y suelen desaparecer en un par de días. Pero, además, también pueden aparecer síntomas más graves. En los casos más extremos de hipersensibilidad, la persona puede sufrir un shock anafiláctico el cual puede conducir a un paro cardio-respiratorio si no se trata inmediatamente con adrenalina para abrir las vías respiratorias. 

¿Alergia o intolerancia?

Imagen Thinkstock

La diferencia fundamental entre una alergia y una intolerancia a un alimento es que la intolerancia alimentaria no suele involucrar al sistema inmunológico.

Durante una reacción alérgica el sistema inmune «reconoce» (equivocadamente) a determinada proteína como un agente potencialmente peligroso y lo ataca. Justamente, los síntomas que se presentan durante una reacción alérgica son el mecanismo del cuerpo para protegerse del peligro.

PUBLICIDAD

La intolerancia a un tipo específico de alimento no suele estar relacionada una respuesta del sistema inmune, sino más bien a una condición fisiológica preexistente de un órgano determinado. 

Imagen Thinkstock

Se puede decir que una alergia alimentaria es un tipo específico de intolerancia, pero son afecciones esencialmente diferentes. 

La intolerancia alimentaria puede ser mucho más difícil de detectar debido a que presenta síntomas más leves y menos claros, más «silenciosos».

Algunas intolerancias alimentarias sí pueden estar fuertemente vinculadas al sistema inmune sin ser alergias. El ejemplo más claro de esto es la celiaquía, que está dentro de un amplio grupo de procesos autoimunitarios, pero no es considerada una alergia, y se define como la intolerancia permanente al gluten.