Héroes de cuatro patas: conoce a los oficiales perrunos de la CIA

Los agentes más peludos de la CIA tienen cuatro patas. Y es que estos caninos trabajan para detectar explosivos y son efectivos, sí, pero también adorables.

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Ya lo sabíamos: la comida es lo primero

Estos cachorros de labrador comienzan su entrenamiento entre los ocho meses y los dos años y medio de vida. Sin embargo, no todos los caninos pueden ser agentes de la CIA. Según sus entrenadores, prefieren a los labradores por su gran nivel de energía, buen carácter y amor por la comida. Sí, como leíste. Es que el entrenamiento se basa únicamente en estímulos positivos asociados a la comida.

Los entrenadores les enseñan a los cachorros seleccionados a detectar distintos materiales explosivos según su olor. Para indicar que encontró material sospechoso, el canino debe sentarse, ya que no es recomendable que ladre o se agite junto a lo que podría llegar a ser una bomba.

Entrenamiento humano

Además, a los agentes humanos de la CIA que estarán a cargo de estos caninos se les enseña cómo cuidarlos de la mejor manera. Es por esto que, además de tener una orientación para la tarea de detección de explosivos, los oficiales reciben clases de primeros auxilios veterinarios. Cuando los perros ya se vuelven demasiado mayores para continuar con su tarea, estos oficiales y sus familias los adoptan, por lo que estos agentes caninos terminan sus días bien cuidados y llenos de mimos.

«A veces los cachorros se aburren y necesitan tiempo de juego extra, a veces necesitan un descanso o tienen algún problema leve, como una alergia alimenticia».
La primera visita al veterinario. Alguien no está muy feliz.
«Hay un millón de razones por las que un perro puede estar teniendo un mal día, y nuestros entrenadores deben convertirse en psicólogos perrunos para descubrir qué puede ayudar a los cachorros».