Hace 28 años que vive solo y aislado en una isla (y no piensa irse)

Hoy en día nos sorprende escuchar de civilizaciones que viven completamente aisladas del mundo. Con el avance de la globalización, es cada vez menos frecuente. Y es aún más alocado pensar en una sola persona viviendo sola y aislada en algún rincón del mundo.

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Parece algo imposible hasta que conocemos la historia de Mauro Morandi, quien hace 28 años vive solo en una isla y no piensa abandonarla nunca.

¿Cómo llegó a la isla?

En 1989, en un tramo de agua entre Cerdeña y Córcega, el catamarán de Morandi (con el motor averiado y un ancla a la deriva) fue llevado a las costas de la isla de Budelli.

Al llegar, Morandi se enteró que el único cuidador de la isla se retiraba de su puesto a los pocos días y desencantado con la sociedad en la que vivía, decidió vender el catamarán y tomar su lugar.

Desde entonces, ha vivido solo en la isla durante 28 años y a sus 78 años de edad no tiene ninguna intención de abandonar su modo de vida.

Su hogar para siempre

La isla Budelli es una de las siete islas que componen el Archipiélago de la Maddalena y es considerada una de las más hermosas por su famosa playa rosa formada por fragmentos microscópicos de corales.

La estadía de Morandi en la isla no ha sido sencilla, en 2016, y luego de una batalla legal entre un empresario de Nueva Zelanda y el gobierno italiano por la propiedad de la tierra, se decretó que la isla pertenecía al Parque Nacional de la Maddalena. En ese mismo momento, se cuestionó el derecho de Morandi a vivir en la isla.

Sin embargo, gracias a una petición de más de 18 mil firmas en protesta por su desalojo, Morandi logró seguir habitando la isla.

«Nunca me iré, espero morir aquí, ser cremado y que mis cenizas se esparzan en el viento»

Hoy en día, Morandi vive en la isla sin ninguna compensación y todos los días se dedica a recoger el plástico que se acumula en la playa y se enreda en la flora y fauna de la zona.

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En la isla, pasa largos períodos de tiempo sin ningún contacto humano, aunque disfruta de poder estar en contacto consigo mismo y solo escuchar el sonido del viento y las olas en la playa. En verano, busca conscientizar a los turistas sobre el cuidado de la isla y de la naturaleza en general.

Una compañía de internet, planea llevar Wi-Fi a Budelli, lo que permitirá a Morandi conectarse con millones de personas. Para él, no es una mala noticia, sino que se muestra optimista en que ayudará a personas de todo el mundo a conocer su hogar y poder empatizar con la naturaleza.

Definitivamente Morandi lleva un estilo de vida único que no muchas personas podrían sostener, pero su compromiso y disfrute por la naturaleza lo han llevado a vivir feliz en la isla durante todo este tiempo. Increíble, ¿no crees?