Guía turística para descubrir la ciudad de Glasgow

Escocia se cuenta habitualmente entre los lugares invadidos por la niebla y las tierras salvajes. Y sin embargo, existe otra Escocia, más industrial, científica y cultural. En este caso estamos hablando de Glasgow, donde la creatividad se ha impuesto frente a las leyendas y donde las vanguardias han suplantado a las tradiciones.

Dejando de lado la capital de Escocia, Edimburgo, la población más clásica y que ofrece sus flancos a la fachada atlántica, Glasgow se presenta como la ciudad industrial por sí misma. En realidad, deja a otras zonas del país el cuidado de cultivar el folklore, para abrirse a la escena internacional. Por esta razón podemos hablar de una ciudad bien actual.

Una ciudad culta

La excelencia que reivindica en muchos campos científicos, gracias concretamente a su universidad, es la misma que hace un siglo y medio. La Spook School, el Art Nouveau mejorado por Glasgow, marcó en su día la arquitectura y el diseño. Hoy en día, el Glasgow Style se encuentra con mayor frecuencia en los edificios de la ciudad, cuyo mejor ejemplo es la Glasgow School of Art.

Tan sólo se trata de una faceta del genio de Glasgow. La ciudad escocesa saca hoy en día provecho del pasado de sus astilleros. De esta forma el Clyde, su río, ocupa un lugar señalado. Antiguamente fuente de riquezas y en el origen de la prosperidad de la ciudad, el río hizo de Glasgow la segunda ciudad del Imperio británico. 

Sin embargo, con el declive de este último, el puerto perdió su interés. En cualquier caso, los habitantes lo volvieron a descubrir y lo han dotado con nuevos centros de interés como la Glasgow Tower y el Glasgow Science Center, o un paseo a lo largo del río. En realidad son muchos los nuevos centros de atracciones que construyen la imagen de Glasgow.

La mayor ciudad de Escocia se reserva muchas sorpresas. Una sola constante, sin embargo, a través de los siglos: Glasgow y sus habitantes son gente muy acogedora. Basta con entrar en un pub para comprobar esta reputación, nunca desmentida.

Descubriendo Glasgow

Con dos aeropuertos internacionales a menos de 50 kilómetros, Glasgow está muy bien comunicada. Cabe destacar un ferry que une Bélgica con Escocia. En la ciudad, la compañía Strathclyde Passenger Transport (SPT) ofrece precios reducidos: Daytripper, Discovery y Roundabout que permiten usar el metro conocido con el nombre de Clockwork Orange.

Una visita que no se puede perder ningún turista es la Glasgow School of Art o el Lighthouse, el centro de arquitectura y de diseño de la ciudad, así como el Mackintosh Interpretation Center con su torre. También la Universidad en la zona de Gilmorehill, la Catedral St Mungo de estilo gótico, el Museo y su colección Burrel en el Pollok Park, el mayor parque de la cuidad.

Una estancia en Glasgow no se comprende sin entrar en al menos uno de sus pubs, concretamente en el barrio Marchant City, en el centro de la ciudad: City Marchant, Granny Black's, Curler's, Rab' Has, Tennent's, Griffin o el Horseshoe.