Glenn Close desató lágrimas en los Golden Globes: su discurso es una bomba de motivación

Los discursos de agradecimiento de los Golden Globes estuvieron, en parte, moldeados alrededor de la igualdad de género. En esta edición 76 de la entrega de premios del cine y la televisión, muchas actrices y productoras se alinearon con los movimientos #MeToo y Time's Up en el reclamo por igualdad y seguridad para las mujeres en sus espacios de trabajo.

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Algunos se propusieron a desafiar la hegemonía masculina. Un ejemplo fue el de Regina King, productora de televisión que se comprometió a asegurarse de que sus próximas creaciones lleguen a un 50 % de participación femenina en dos años. Por otro lado, el de Glenn Close tuvo una faceta más emotiva y familiar.

La actriz, que ganó un premio por su actuación en La buena esposa ( The Wife) recordó en su discurso a su madre, sumisa a la autoridad de su padre. Y comovió a todos los presentes.

El emotivo discurso de Glenn Close en los Golden Globes

Fue su actuación en la película lo que la hizo pensar en su madre. La buena esposa cuenta la historia de Joan Castleman, una mujer que sigue la ruta de su marido hasta Estocolmo, donde él ganará un Premio Nobel de Literatura. Sumisa ante su voluntad, llegó a escribir sus libros sin poner en ellos su nombre. Y esta es la historia de muchas mujeres escritoras, escondidas tras la fama de sus compañeros varones.

Al ser anunciada, la actriz se levantó sorprendida de su asiento y agradeció infinitamente a la producción por los 14 años que llevó el rodaje del film.

Luego, sacó del alma un discurso que soltó lágrimas, generó identificación e hizo poner a todos de pie en el público de los Golden Globes, incluso antes de que terminara de hablar.

Para representar a un personaje que es tan interior, pensé en mi madre, que realmente se sometió a mi padre toda su vida. A los 80 años ella me dijo: «siento que nunca logré nada». Era una gran mentira. Pero siento que lo que aprendí de esta experiencia es que las mujeres somos proveedoras, eso es lo que se espera de nosotras.
Tenemos a nuestros niños, a nuestros esposos, si tenemos suficiente suerte, a nuestros compañeros. Pero tenemos que encontrar gratificación personal. Tenemos que seguir nuestros sueños. Tenemos que decir: «puedo hacer eso, y debería serme permitido hacerlo».

Close, que lleva 45 años en la industria del cine, explicó que siempre sintió que su destino era convertirse en actriz. «Veía las viejas películas de Disney, veía a Hayley Mills, hasta que me dije “puedo hacer eso”. Y estoy aquí hoy», contó hacia el final de su discurso. «No puedo imaginar una vida mejor», expresó mientras le brotaban las lágrimas.

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