Funchal, la bella capital de Ilha da Madeira

Funchal, la bella capital de Ilha da Madeira, región autónoma de Portugal, se extiende en forma escalonada sobre las laderas de las colinas que miran hacia el inmenso océano. Recostada sobre un anfiteatro natural de roca, ocupa casi 80 kilómetros cuadrados y el aeropuerto está ubicado a unos 10 kilómetros hacia el este.

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Teleféricos y veloces carros

Su geografía va variando desde la zona antigua y el puerto que se hallan a nivel del mar hasta los 800 metros de las colinas que los circundan y desde allí hasta los 1.800 metros de las montañas del norte.

El uso de los teleféricos para el transporte es importantísimo pues en escasos minutos se salvan los desniveles tan pronunciados del terreno, a la vez que se tiene una visual magnífica de todo el entorno. Para el descenso los más aventureros eligen un viaje en los Carros de Cesto, conducidos por dos hombres de a pie que los guían con mano diestra y utilizan su propio calzado con suela de goma como freno; algo muy divertido y característico del lugar.

Son varios los lugares para visitar en ella: La Catedral de Funchal o Sé do Funchal, comenzada a construir en el siglo XV, destaca en ella su bella Cruz Procesional obsequiada por el Rey Manuel I, labrada en plata y considerada una obra maestra de la orfebrería.

La Quinta do Bom Sucesso e Jardim Botânico, ubicada en las afueras, rodeada de anchos muros de piedra; fueron adquiridos por el gobierno a mediados del siglo XX y se abrieron al público en 1960; desde todas sus terrazas se tiene una maravillosa vista de la ciudad y su bahía.

El Museo de Arte Sacro, cuya principal colección es la de las obras de las Escuelas Flamenca y Portuguesa, que fueron pintadas sobre madera entre los siglos XV y XVI.  

Iglesias, fortalezas y bellas playas

La Fortaleza de San Lorenzo; el Fuerte de San Juan Bautista, en lo alto; el Fuerte de Santiago,junto al puerto; el Mercado dos Lavradores; el Jardín Municipal de San Francisco; la Iglesia de San Pedro, con los altares finamente tallados y sus paredes azulejadas; la Iglesia de Nuestra Señora del Monte, con su gran escalinata; el Convento e Iglesia de Santa Clara, ambos en un bello estilo mozárabe; el Museo Quinta das Cruzes, con su jardín de orquídeas y su parque arqueológico; el Parque de Santa Catarina, con su pequeño lago; el Centro Histórico, dentro del cual la Praça Amarela es uno de los lugares más atractivos; las bodegas y el puerto, al que arriban lujosísimos cruceros durante todo el año.

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Entre las delicias gastronómicas que la ciudad ofrece están los mariscos, el pulpo y los filetes de pez espada. También las brochetas o espetadas de carne de vaca acompañadas por maíz a la madeirense; en los bares ofrecen los dentinhos, similares a las tapas o sándwiches de otras regiones.

De postre se pueden pedir decenas de frutas frescas recién cosechadas, que abundan, y los helados, mousses, bebidas ( ponches) o pasteles preparados con ellas; bollos de miel hechos con frutos secos y miel de caña de azúcar o queijada maderense a base de requesón fresco.

Y, para acompañar tanta perfección culinaria, el célebre Vino de Madeira en sus cuatro variedades: Sercial, seco, para el aperitivo; Verdelho, semi-seco; Boal, semi-dulce, servido junto a los quesos y Malvasía, con la dulzura justa para los postres. Sumado a todo lo dicho Funchal tiene hermosas playas, lo que la convierte en el lugar más perfecto para las vacaciones soñadas.

¿Han visitado Funchal alguna vez? ¿Qué les parece este bello lugar de Portugal?