Resultan algo dudosas esas lecturas apocalípticas y nostálgicas de la tecnología que sostienen que antes el relacionamiento entre las personas era mucho mejor, o más genuino, porque no estaba mediado por un dispositivo que reclamara constantemente nuestra atención como el smartphone.
Francia aplica una ley para que los trabajadores se "desconecten" y disfruten su tiempo libre

Probablemente antes las personas en una misma habitación se ignoraban de formas diferentes, leyendo un periódico, escribiendo un diario personal o fijando la atención en una mancha de humedad en la pared con gesto reflexivo.
Pero si hay algo que el mundo moderno e hiperconectado ha empeorado es la relación de las personas con su trabajo.
La línea que separa el tiempo de trabajo del tiempo de ocio se ha hecho cada vez más difusa, con la posibilidad de recibir una llamada, leer y responder un correo, o estar al tanto de lo que sucede en el nuestro ámbito laboral —sea cual sea— en cualquier lugar y en cualquier momento, no solamente en el horario de trabajo y en la oficina.
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Sumergidos en el ajetreo cotidiano y la inercia impuesta por las exigencias laborales, cedemos cada vez más tiempo personal para ocuparlo con trabajo. Como mínimo, ocupando un espacio mental.
¿Nos mudamos a Francia?

El gobierno de Francia, entonces, a través de su ministra de trabajo, Myriam El Khomri, ha tomado medidas para que esto no suceda, con una ley que entró en vigencia el primer día del año 2017.
El Khomri presentó hace un tiempo un estudio realizado en Francia en 2015 que mostraba que las personas cada vez estaban más tiempo dedicadas a su trabajo, aun si no estaban físicamente allí, y que esto estaba teniendo un impacto negativo en la salud de los franceses, naturalmente.
El abogado laboral Patrick Thiebart, consultado por Kera News, aseguró que el agotamiento y el estrés crónico eran los resultados más comunes e inevitables “si un trabajador recibe correos de trabajo en los fines de semana o a las 11 de la noche”.
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La nueva ley se ha descripto por muchos medios como “una prohibición de los correos de trabajo fuera de horario”. La nueva reglamentación en realidad estipula que las compañías con 50 empleados o más deben negociar con sus empleados y los sindicatos para llegar a un acuerdo que beneficie a ambas partes y reduzca la invasión del trabajo en la vida personal y privada de los trabajadores. Ya sea fuera del horario regular (35 horas semanales en Francia, por ley), los fines de semana o durante las vacaciones.
Algunos consejeros que trabajaron en la ley brindaron algunas recomendaciones para llegar a este acuerdo, como evitar la función “responder a todos” en un correo grupal para que sea una sola persona la que lo lea y lo responda, en lugar de la mitad de la oficina, o que jefes y empleados acuerden una franja horaria dentro de la cual no se debe esperar que los correos sean respondidos o leídos (por ejemplo, entre 7 p. m. y 7 a. m.).

Parece una medida bastante razonable y favorable para los trabajadores, pero según algunos expertos es también muy beneficiosa para las compañías, ya que si los trabajadores reducen la carga laboral fuera de horario y por tanto el agotamiento o el estrés, habrá más productividad. De hecho, ha recibido el apoyo casi generalizado de la sociedad.
Por último, hay que tener en cuenta el hecho de que la aprobación de una ley por sí sola no podrá cambiar los hábitos y la costumbre de los trabajadores: “es una cosa muy francesa”, dijo el abogado Thiebart, “creer que con una ley se soluciona todo”.
La medida forma parte de una ley mucho más grande que la ministra de trabajo Myriam El Khomri ha propuesto en Francia, y que incluye toda una serie de modificaciones que, sin embargo, no son tan simpáticas y benevolentes como esta.
Se conoce como la Ley El Khomri a esta nueva legislación que entró en vigencia hace unos meses y que, según El Khomri, está orientada a flexibilizar el mercado laboral en el país: esta ley hizo más fácil el despido de trabajadores para las compañías, y redujo los pagos de horas extra y de indemnizaciones por despido.
Pese a muchas protestas y manifestaciones por parte de sindicatos y estudiantes, la ley fue aprobada en agosto.






