Fort Lauderdale, al sudeste de La Florida

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Rodeada de lagunas, canales y ríos encontramos a  la hermosa ciudad sureña de Fort Lauderdale en La Florida, que yace bajo el sol cual una Venecia americana. Sus más de nueve kilómetros de playas abiertas son una de las atracciones naturales más hermosas del lugar, pero ir a tenderse en la arena en ellas no es lo único que podemos hacer en esa encantadora zona.

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Mucho para ver

Para los niños y adolescentes se creó el Discovery Center, un museo viviente donde ellos pueden sentir, ver, tocar, experimentar y descubrir cómo funcionan las cosas. Abierto a principios del siglo XX, fue uno de los primeros en el mundo en permitir que los visitantes interactúen con lo que se exhibe. En el centro de la ciudad los más grandes pueden ir al Centro de Artes Escénicas o visitar la Escuela de una sola aula, también la Casa del Rey Cromartie colmada de muebles y antigüedades de fines del siglo XIX, ambas ubicadas en el distrito de conservación histórica denominado Himmarshee Village, que en la lengua de los indios Seminola significa río nuevo.

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A lo largo de la piscina olímpica, abierta al público cuando no está entrenando el equipo nacional de nado, el Swimming Hall of Fame presenta exhibiciones acuáticas y atesora recuerdos procedentes de 107 países, incluyendo una estatua del primer nadador del lugar, Johnny Weissmuller que fuera el primer Tarzán del cine. En el Ocean World es una delicia ver a las marsopas y a los leones marinos haciendo acrobacias en el aire.

Una visita imperdible

Las visitas a todo Fort Lauderdale pueden efectuarse en cantidad de maneras divertidas: ya tomando una lancha en Bahía Mar Marina, el lugar originario del fuerte que le diera nombre a la ciudad, o efectuando un crucero por el interior de los Everglades en el Jungle Queen u otro en el Paddlewheel Queen que recorre los ríos o bien subiendo al Tren Viajero de Excursiones, que realiza cuatro recorridos por día.

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Junto al océano está el Área de Recreación Estatal y a sólo quince minutos hacia el oeste se encuentran los Jardines Flamingo, en los que un tranvía nos lleva a pasear por una selva en verdad natural. Dania Beach es una gran franja de playa sombreada por palmeras y bordeada por restaurantes y cafés. Hacia el norte arribamos otra de las áreas recreativas estatales, donde no se puede acampar pero sí practicar buceo, nadar, pescar y alquilar botes o canoas. Nadie dirá que se aburrió mientras vacacionaba en Fort Lauderdale, un lugar donde la diversión surge a la vuelta de cada esquina.

¿Han visitado alguna vez Fort Lauderdale? ¿Querrían hacerlo?

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