No son pocos los festivales que resultan shockeantes a los ojos del occidental promedio. Muchos de estos ocurren incluso en Europa o América, y en el siglo XXI cuesta concebir que todavía se continúen practicando como si nada. Sin embargo, esta vez hablamos de un festival bizarro que no es europeo, sino que japonés: el Kanamara Matsuri.
Festival Kanamara: La veneración del pene en Japón


El eje y piedra angular del festival es el culto al pene en tanto alma mater de la fertilidad, y tal como se puede ver en las fotos, el símbolo de la fertilidad masculina alcanza un grado de culto verdaderamente descomunal. Desde carritos que venden hot-dogs con forma de pene y budas tallados en madera abrazando penes gigantescos hasta un pene tallado en madera de ciprés que es el objeto de culto por excelencia durante el festival.
Desde hace 1500 años que el Kanamara Festival se celebra en la ciudad japonesa de Komaki, y las leyendas lo rodean otorgándole una significación especial.
El misticismo y lo simbólico narran la historia de un demonio que poseyó el cuerpo de una mujer y castró a dos hombres, y que luego un herrero construyó un enorme pene de hierro para romperle los dientes al demonio durante una felación. Este pene se trasmuta en el pene de ciprés que se guarda en el santuario Tagata Shinto, el cual mide 2.50 metros de alto y pesa nada menos que 280 kilogramos.
Pero además de lo simbólico, el Festival del Pene de Japón es una verdadera fiesta. El primer domingo del mes de abril (cuando se celebra el festival) las calles se llenan de turistas y lugareños que festejan con algarabía el culto al falo, y los hoteles colocan su cartel de “no hay lugares” dando cuenta de la importancia turística del festival.







