¿Estás segura de que eres más libre que las mujeres en Medio Oriente?

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Mucho se debate sobre la “horrible” situación de las mujeres en Medio Oriente: desde el polémico  uso del burka del que todas hablamos horrores hasta la inimaginable situación de pedirle permiso a nuestra pareja para poder salir de la casa. Ninguna de nosotras puede imaginarse viviendo allí, privada de todas sus libertades.

La ecuación parece ser bastante sencilla: las mujeres en Latinoamérica somos libres y las de Medio Oriente, no. No obstante, nada es tan sencillo como parece...

A menudo, en Latinoamérica se distingue al "sexismo" del "machismo". El primero es percibido como algo negativo, mientras que el segundo más bien como “la manera de cuidar a la mujer”. Eso sí, para muchas de nosotras lo único que hace cualquiera de estas concepciones es distinguir a la mujer como un ser que no está a la misma altura del hombre.

Y si somos consideradas inferiores: ¿somos verdaderamente libres?

¿Qué tipo de libertad?

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Somos las primeras en horrorizarnos cuando vemos que las mujeres en Medio Oriente viven bajo la sombra de sus maridos, pero ¿acaso prestamos atención a cómo actuamos nosotras? Sí puedo salir de mi casa cuando y como quiero, pero ni bien pongo los pies en vía pública... ya no me siento tan libre. No me siento libre cuando me dirijo al trabajo y un grupo de hombres me grita todo tipo de comentarios sexuales que instantáneamente me convierten en un objeto.

Pero el problema no está solo en los hombres: el cambio debe empezar por nosotras, en admitir que ellos no están “apreciando nuestra belleza”, sino que nos están tratando como objetos sexuales y, por sobre todo, faltándonos el respeto. 

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Mi pregunta es: ¿qué tan libre soy si no puedo salir a la calle sin miedo?

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Números que hablan por sí solos

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Los datos obtenidos sobre la situación de la mujer en Latinoamérica reflejan todo menos libertad.

  • Según las Naciones Unidas una mujer es asaltada cada 15 segundos en San Pablo.
  • En México, se estima que más de 120.000 mujeres son violadas por año.
  • En Bolivia más del 53 % de mujeres de entre 15 y 49 años reportaron haber sido víctimas de acoso sexual.
  • En Ecuador, el 38 % de las mujeres afirman que la violencia doméstica se justifica en algunos casos.

Por su parte, el Observatorio de Igualdad de Género de América Latina y el Caribe de las Naciones Unidas informó que en 25 países de Latinoamérica 2.089 mujeres fueron víctimas de un feminicidio.

El "feminicidio" y sus implicancias

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A pesar de que es preocupante que exista un término nuevo en el diccionario de la RAE para definir los ataques en contra de nuestro género, también es una señal de que se está tomando cada vez más conciencia de la gravedad de los asesinatos de personas por el simple hecho de ser mujeres.

Si nos preguntamos dónde están las tasas más altas de feminicidios en el mundo, es probable que ninguna de nosotras crea que de hecho están en nuestro continente. Y aquí se abre la polémica de la libertad una vez más.

Es cierto: nosotras sí podemos usar polleras cortas y salir solas de casa, pero al mismo tiempo somos más vulnerables de que nos acosen, nos golpeen, nos violen e incluso nos maten por el simple hecho de ser mujeres.

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¿Entonces?

No justifico en absoluto la situación de las mujeres en Medio Oriente: no soportaría vivir de la forma en que lo hacen, pero la realidad es que tampoco soporto vivir como lo hacemos las mujeres en Latinoamérica. En vez de seguir lamentándonos por la desigualdad lejana, es momento de empezar a centrarnos en la que vivimos día a día, en nuestros propios países.

Quiero tener la libertad de usar una pollera, sí, pero también, y por sobre todo, la libertad de salir a la calle sin sentir miedo.

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