Estafas del turismo y cómo evitarlas

A lo largo de nuestra vida podemos encontrarnos diversas situaciones de estafa, especialmente al viajar. Desde un restaurante hasta la misma policía, corremos el riesgo de sufrir algún engaño cuyo objetivo es siempre el triste dinero. En este artículo vamos a focalizar en algunas estafas del turismo y cómo evitarlas, de modo que nuestro viaje sea lo más satisfactorio posible, porque nunca pensamos que pueda suceder pero, ¿y si ocurre?

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Taxi en el aeropuerto

Un largo vuelo. Un destino diferente. Perdemos la orientación, emerge el jet lag y agarramos el primer taxi que se nos presenta. . . . grave error. Muchos "taxistas" conocen perfectamente los diferentes ángulos turísticos además de saber en qué momento encontrar turistas despistados.

Especialmente en países como la India o algunos sudamericanos, estos taxistas fraudulentos nos conducen a sitios en los que nos obligaran a pagar un paquete turístico demasiado caro o intentar algún otro resultado para obtener un buen puñado de dólares. Ceñirnos al ticket y taxi del stand del aeropuerto, comprobar el taxímetro o pregonar el "ya he estado aquí" son algunas pautas que nos servirán a la hora de evitar cierto infortunios. 

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Locales muy simpáticos

En lugares como los países del Magreb, ir por la calle y encontrarte un local simpático que de repente esté muy interesado en ofreceros ayuda o consejos es señal de que hay algo detrás de todo. A medida que hablas con él y los acompaña hacia esa mezquita u hotel, aprovechará para llevarlos por otro sitio y conducirlos hasta un rincón en el que intentará venderles tabaco, drogas u otros productos.

Algunos más osados pueden tornarse agresivos si no accedes a consumir nada y unos pocos se conformarán con varios "no me interesa". Pero ante la duda, será mejor no arriesgarse. Pregunten en lugares oficialmente turísticos, ya sea hotel, restaurante, etc. . . 

Hotel cerrado

Los típicos sujetos descritos en los dos puntos anteriores pueden asegurarnos que nuestro hotel "está cerrado" o "completo" debido a las fiestas nacionales o un suceso impredecible sucedido hace escasos días. Obviamente, no debemos creerle.

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Muchos locales trabajan para hoteles que ofrecen sustanciosas comisiones o pueden tratarse de "hoteles imaginarios" tras los cuales se esconden otros objetivos. Igual sucede con ciertos restaurantes, en los que te invitarán a comer por precios económicos para poco después tener que acudir urgentemente a un médico privado que casualmente no está lejos. Este último caso es menos común, pero igualmente debemos estar alerta.

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Precios excesivos

En el centro de Barcelona, por ejemplo, una jarra de sangría para 4 personas puede costar más de 13 euros y es directamente adquirida del supermercado. ¿Cuál es el precio de un cartón de sangría para cuatro personas en el mismo centro comercial? Casi 2 euros.

Los bares o restaurantes agolpados en lugares demasiado turísticos y colmados de extranjeros a veces no son los mejores indicadores de precio y calidad. Es por ello que lo más recomendable es consumir en aquellos lugares situados en zonas más "comunes" y cuya posición podemos encontrar preguntando a locales, en la misma recepción de nuestro hotel o, simplemente aplicar el sentido común tras echar un ojo a la carta aunque no nos defendamos a la perfección con la moneda local.

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Guías y taquillas turísticas

Al aproximarnos a ciertos lugares turísticos como el Taj Mahal en la India o la Mezquita Azul de Estanbul (generalmente países orientales), un aluvión de guías turísticos nos comenzarán a acechar asegurándonos que es obligatorio entrar al monumento con un guía turístico. Nada más lejos de la realidad. Si queremos un guía, lo mejor será contratarlo por Internet de forma oficial o al menos, consultar en la oficina turística de la atracción visitada.

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La siguiente fase al guía turístico falso suele ser una taquilla también falsa, en la que depositaremos tabaco y otras pertenencias hasta girarnos y comprobar que la verdadera taquilla estaba dentro del recinto oficial. Pequeños inconvenientes a evitar. 

Carteras robadas

Las técnicas de los carteristas para sustraer las billeteras de los turistas son innumerables. Desde la técnico "anillo caído", en la que alguien anónimo le sugiere inclinarse para agarrar la alianza hasta situaciones más obvias como un autobús abarrotado y una mochila de tela a la espalda, perfecto cebo para el ladrón.

Otras técnicas son los niños que piden firmas para ciertas asociaciones, mujeres extranjeras con un bebé que cambian cada hora sin que tú lo sepas o la más surrealista, locales disfrazados de policía que pedirán tu billetera de forma cortés para comprobar tu visado o rastros de drogas. Este último ejemplo resume la ley de oro ante cualquier situación al viajar. . . nunca entregues tu cartera a extraños, por muy autoritarios que sean.

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Las estafas turísticas comentadas en este artículo no tienen por qué convertirse en un suceso obligatorio o común en todos los viajes, pero si es bueno tenerlas en cuenta ante posibles situaciones que puedan surgir. De Japón a California estamos sujetos a ciertos entornos propensos a que ocurran estos fraudes, los cuales, pueden sucedernos una vez pero nunca dos.

¿Alguna vez has sido víctima de alguna estafa o robo al viajar?

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