Esta es la razón por la que los animales pequeños son tan inmensos e importantes para la conservación del planeta

Se dice popularmente que las grandes esencias se guardan en frascos pequeños. Y parece que nuestro planeta está más que de acuerdo con esta aseveración, ya que los pequeños animales del mundo son gigantescos para la conservación, aunque a veces lo pasemos por alto.

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La importancia de los pequeños animales para la conservación del planeta

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Los humanos pasamos muchas horas mirándonos el ombligo. Creemos que este mundo no sería nada sin nosotros sobre el mismo. Y sin embargo, el planeta Tierra parece tener una idea bastante diferente de este término.

De hecho, la última gran extinción que vivió la Tierra tuvo lugar hace 66 millones de años de forma totalmente natural. Sin embargo, la próxima la estamos provocando nosotros mismos, y no podemos estar más equivocados en nuestra forma de proceder con el mundo, especialmente con las especies más pequeñas.

Y lo más curioso es que mientras los seres humanos nos dedicamos a ganar dinero, mirarnos al espejo y preocuparnos de parecer más o menos atractivos, los pequeños animales están totalmente enfrascados en mantener la fábrica del mundo que permite que este planeta tenga las condiciones para poder continuar con la respiración, por ejemplo.

Qué hacen los pequeños animales por el planeta

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Así pues, los pequeños animales e insectos, por ejemplo, se dedican a mantener activo el sistema natural de todo el planeta. Es decir, mantienen fértiles los suelos, polinizan las flores, esparcen las semillas, reciclan los nutrientes para devolverlos a la tierra... De hecho, muchos son tan pequeños que son comida para otros animales que terminan por alimentarnos a nosotros mismos.

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De hecho, si todos estos pequeños animalitos que vemos tan pequeños e insignificantes hoy en día y a los cuales no tenemos problemas en pisar ni siquiera sin cuidado alguno, desaparecieran de repente, mañana todo el planeta extinguiría la vida sobre el mismo.

Imagina el problema. Dejar de polinizar las flores, de fertilizar los suelos, de ser comida para otras especies más grandes que a su vez alimentan a otras mayores todavía... Sin duda, el aire y el suelo se enrarecería hasta ser impracticable para los humanos y las demás especies del mundo.

Y por desgracia, estas especies de pequeño tamaño no tienen la consideración que merecen e incluso estamos acabando con ellas. Especialmente las abejas están sufriendo una masiva extinción en todo el planeta.

Así pues, solo nos queda una solución, concienciar a la especie humana del respeto por todo el planeta, empezando por los animales e insectos más pequeños e insignificantes y acabando por el aire, el suelo, el mar... Solo así lograremos mantener este delicado equilibrio que tan complejo y tan bonito es y que permite que la vida florezca por doquier en el planeta Tierra.