Esta es la granja que produce el chocolate más caro del mundo y está en América Latina

El chocolate To'ak es el chocolate más caro del mundo. Se trata de un chocolate tan especial, que la barra de 50 gramos es empacada en una caja de madera junto a una pinza, también de madera, para degustar su fino aroma y no tocar el chocolate con los dedos. Su precio es de 260 dolares y se produce en Ecuador.

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El nombre chocolate To'ak se traduce como «tierra» y «árbol» en el dialecto ecuatoriano antiguo. Este chocolate es originario de Fianca Satia, una granja en Ecuador, a unos 50 kilómetros de la costa pacífica. Esta granja es el hogar de Servio Pachard Vera, quien habita junto a sus 4 hijos. La familia vive según el sistema de  permacultura, que se basa en desarrollar una agricultura sustentable y autosuficiente. Según este sistema, se alimentan casi exclusivamente de lo que cultivan en su territorio. Como parte de estos cultivos, está el árbol de cacao, junto a árboles de mango, canela y tamarindo.

La producción del chocolate To-ak 

En el 2007, Jerry Toth comenzó a cultivar cacao en plena selva tropical y a hacer chocolate a partir de un molino en una casa construida por bambú. Años más tarde, decidió unirse al cultivador de cacao  Pachar Vera, al conservacionista  Jerry Toth y al diseñador Carl Schweizer, creando el chocolate  To'ak.  Su propósito era el de hacer conocer al mundo el verdadero chocolate y restaurar el prestigio que perdió cuando comenzó a producirse en masa.

Para obtener el fino chocolate, el cacao es primero cultivado y crecido en la montaña cercana y los granos son enviados a la granja dónde son procesados. El procesamientos incluye una fermentación de 5 a 7 días, tras la cual los granos son separados en una malla para secarlos al sol durante una semana. A partir de esto, los granos tostados son enviados a distintas zonas de Europa y Estados Unidos para la obtención del producto final.

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Una tradición familiar

La familia de Pachard Vera siempre vivió del mismo modo. Una vez que llegaron a la región, comenzaron a plantar árboles de cacao y continuaron con la tradición hasta hoy en día. La familia se orgullece de producir un chocolate libre de químicos en una época en la cuál los químicos forman parte inherente de nuestra alimentación. 

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