El arroz es el alimento básico en la dieta de prácticamente la mitad de la población mundial.
Especialistas descubren que el arroz que consumimos tiene arsénico y explican cómo deberíamos cocinarlo para evitar riesgos

En los últimos años, el consumo de arroz ha incrementado en América Latina y los países del Caribe. En las regiones tropicales, por ejemplo, se consumen alrededor de 37 kilogramos de arroz por año, que equivale a 1,3 tazas de arroz por día y por persona.
Pero un equipo de especialistas ha anunciado que el arroz tiene cantidades considerables de arsénico inorgánico, un veneno muy conocido y nocivo para nuestra salud. Por esta razón, se emitió una alerta para toda persona consumidora de arroz y se recomendó otra alternativa más sana para su preparación.
- Ver también: «Las 5 sustancias más venenosas del mundo»
Arsénico inorgánico en las aguas subterráneas

Esta noticia no es una sorpresa, ya que el arsénico (As) se encuentra naturalmente en las aguas subterráneas de muchos países.
El arsénico es un elemento natural que se comporta como un metal. está presente en la tabla periódica de los elementos como un metaloide de número atómico 33.
En la naturaleza, se encuentra en estado puro o como resultado de determinadas actividades humanas, tanto en su forma inorgánica u orgánica. La forma inorgánica de arsénico es la más tóxica, clasificada como un carcinógeno ya que se sabe con certitud que es una de las causas de cáncer en humanos.
En el laboratorio, es posible determinar la concentración y forma de arsénico en muestras que derivan de aguas subterráneas y suelos. La mejora en estas metodologías hizo posible la detección de concentraciones preocupantes de arsénico inorgánico en el arroz que llena nuestro plato.
- Lectura recomendada: «Características del arsénico (As)»
Las consecuencias del consumo de arsénico

El envenenamiento por el consumo de arsénico inorgánico tiene graves consecuencias. En Bangladesh se observó una epidemia de cáncer, enfermedades cardiovasculares y problemas del desarrollo tras una exposición de la población a agua contaminada.
El arsénico inorgánico puede contaminar el agua que tomamos y los alimentos que son cultivados por irrigación, como el arroz. El arroz es cultivado bajo irrigación, es decir que se inunda con agua que entra en contacto con el suelo y con las aguas subterráneas, permitiendo que el arsénico presente se absorba por los granos de arroz.
Por esta razón, el arroz tiene entre 10 y 20 veces más de arsénico que cualquier otro cereal. Estos niveles son peligrosos cuando el arroz es consumido con mayor constancia, es decir cuanto más comemos arroz más arsénico consumimos y tenemos mayores probabilidades de sufrir las consecuencias. Además, el peligro es mayor en niños y bebés, donde el arsénico puede influenciar en el desarrollo del sistema inmune, el crecimiento y el desarrollo neuronal.
El profesor Andy Meharg, de la Universidad Queen de Belfast, quien estudió el arsénico por varias décadas, explica que la legislación actual en la mayoría de los países no es lo suficientemente estricta para proteger a la población del consumo de este veneno.
Cocinar diferente para una mejor salud

Mientras la legislación ignore una cuestión preocupante de la alimentación de miles de personas, es necesario que la ciencia proponga una solución para evitar las graves consecuencias del consumo de arsénico.
En este sentido, se propone que el modo de cocción del arroz puede disminuir considerablemente el contenido del arsénico en el arroz al momento de consumirlo. Luego de analizar varias técnicas, la mejor parecería ser dejar en remojo el arroz durante la noche anterior de la cocción. Luego cocinar el arroz con la proporción agua y arroz de 5:1. Según los resultados de laboratorio, esta técnica reduce los niveles de arsénico de un 80 %.
Para muchas personas es imposible eliminar el arroz de sus dietas, pero hacer un esfuerzo para cocinarlo de este modo no quita demasiado tiempo y podría salvarnos la vida.
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