Escuelas seguras: programas que luchan contra la homofobia, el acoso y el bullying

Uno podría pensar que las únicas víctimas del bullying son personas con apariencia o actitudes de nerd. Pero la realidad es que cualquier persona que, bajo los absurdos estándares de una sociedad patriarcal racista, parezca diferente es objeto del abuso de sus pares.

Hemos escuchado todas nuestras vidas que los niños son crueles, pero la realidad es que los adultos son crueles y traspasan esos rasgos negativos a sus hijos. Los niños son curiosos, inocentes y esponjas que absorben todo lo que ocurre a su alrededor. Así que las actitudes de los mayores en sus vidas forman una parte determinante de su propio comportamiento.

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Solo basta con ver a las víctimas de acoso en las escuelas para darnos cuenta de que es un reflejo casi exacto de lo que se ve en la sociedad. Uno de los grupos que más sufren son los jóvenes LGBT+

Lo peor es que lesbianas, gay, bisexuales y trans adolescentes no solo viven acoso por parte de sus compañeros, también ven cómo barreras son impuestas en sus caminos por parte de los adultos en la comunidad donde se desarrollan.

Esto se debe principalmente a una insistente actitud ignorante. Gente que todavía cree que pueden corregir, ocultar, cambiar o sacar a golpes la sexualidad de los demás. Gente que en lugar de educarse o tratar de entender, prefiere profundizar su miedo y reaccionar con intransigencia. Como si eso fuera a solucionar algo.

Las cosas mejoran, sí. Pero cuando uno es adolescente no lo ve tan claro. Especialmente si sufre una constante segregación. Los argumentos varían, claro. Hay quienes creen que las escuelas no son lugares para hablar de sexo, ni siquiera el de tipo heterosexual. No sé si es que creen que la ignorancia es la mejor solución para todo o...

¿Cuál es la función de las instituciones educativas? (parece que hace falta aún hacer esta pregunta)

Miren, las escuelas están para educar, impartir conocimientos en todas las áreas de la vida humana. Hubo una época (y todavía hay) en que las escuelas tenían prohibido enseñar sobre las teorías de la evolución, porque lo veían como una amenaza a las creencias religiosas del creacionismo. Igual de malo sería evitar enseñanzas religiosas. Eso sí, aclarando que una cosa es enseñar sobre las distintas religiones y otra imponer la fe.

Las escuelas no deberían tener la obligación de criar niños a preferencia particular de cada padre. No sé si saben, pero son precisamente los padres los encargados de criar a los niños. Ya basta de culpar escuelas, TV, ciencia y demás porque los niños crecen de cierta forma. Si tienes hijos debes tomar en cuenta que es tu responsabilidad criarlos. Eso de lanzar la responsabilidad a otras instituciones es muy fresco, pero errado.

Entonces las escuelas deben cumplir las funciones educativas correctas. Está muy bien que algunas, particularmente las privadas, tengan una preferencia clara hacia ciertas tendencias de pensamiento, quizás algunas se enfoquen más en lo espiritual, porque son escuelas religiosas, otras sean más científicas, o deportivas.

Pero la educación sexual debería ser profunda y obligatoria. No pueden imaginarse lo bien que estaríamos si los chicos estuvieran mejor preparados. Y la educación sexual debe incluir la sexualidad. Porque es una realidad.

Algunos temen que esto "convertirá" a más jóvenes en queer, pero traten de pensar un poco que si esto fuera cierto, todo el mundo se "convertiría" en heterosexual. Sólo basándonos en la heteronormativa con la que nos bombardean incluso antes de nacer.

Es cierto que la sexualidad es tan fluida como el resto de las características humanas. A veces tardamos en abrazar nuestra identidad, a veces cambia. Y también es cierto que alguien tan joven aún no tiene clara su identidad, ni sexual ni de otra índole, aunque existen casos en los que sí. Hay chicos que están más claros en sus vidas que la mitad de los adultos. Pero esto no quiere decir que educarlos sobre las diversas sexualidades es peligroso, entonces igual sería imponer una conducta heterosexual.

No solo sucede en Estados Unidos

Los adolescentes que se identifican con la comunidad LGBT+ son víctimas de constante acoso, están en mayor riesgo del mismo que sus compañeros heterosexuales. Y no ocurre exclusivamente en Estados Unidos, Latinoamérica y Australia también son ejemplos.

En Australia se ha reabierto el debate por una petición para que el gobierno renuncie a una iniciativa conocida como Safe Schools, o Escuelas Seguras, un programa diseñado para promover la aceptación de estudiantes queer, y que se ha implementado en más de 500 escuelas en todo el territorio.

Un grupo de padres, principalmente integrados por la comunidad china en Australia, firmó una petición que alcanzó unas 17 mil firmas, alegando que la implementación de Escuelas Seguras va en contra de sus creencias culturales. Si esto no lo dice todo, no sé qué lo hará. El argumento se resume en que sus creencias sólo aceptan que las relaciones sexuales sólo deben ocurrir entre un hombre y una mujer.

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Lo interesante es la petulancia de creerse que su creencia está por encima de la de los demás. ¿No basta con criar a tus hijos bajo tus creencias culturales? ¿Debemos todos rendirnos a ellos?

Realidad e iniciativas latinoamericanas

El implementar un programa que ofrezca seguridad a personas de la comunidad LGBT+ no es imponer que todo el mundo debe ser gay, es crear un ambiente seguro para las personas que lo son y educar a los que no lo son, de manera que todos puedan convivir en paz y seguros. Es así de sencillo. Saber que existen otras sexualidades no te va a transformar.

En América Latina también se están desarrollando iniciativas para proteger a los jóvenes queer del territorio. Organizaciones en pro de los Derechos Humanos y de la Diversidad Sexual están uniendo fuerzas en países como Uruguay, Argentina, Chile, Brasil, Colombia, México y Perú, para obtener por vez primera suficientes datos sobre la experiencia escolar de estos chicos.

La iniciativa conocida como Encuesta de Clima Escolar busca medir los distintos niveles de acoso que sufren los jóvenes gay, lesbianas, bisexuales y trans en sus escuelas. Básicamente se mide la experiencia en base a identidad sexual, expresión de la misma o de género en las escuelas y las percepciones sobre qué tan seguros se sienten o si perciben apoyo.

Esto puede parecer, a veces, como una pérdida de tiempo, porque podemos sentir en ocasiones una crecida en ataques contra la comunidad LGBT+, como ocurre con las personas de color o de religiones distintas a la católica. 

Pero es importante mantener vivo el debate, hablar, tuitear, bloguear, responder, preguntar. Todo bajo una luz de no violencia, porque ya violentos hay demasiados en el mundo. Las personas que se aferran al miedo, manifestándolo con odio y ataques son como peces fuera del agua, que se retuercen al ver que se les va el oxígeno, en este caso se les cierran los espacios para discriminar.

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