Un nuevo descubrimiento nos deja claro que todavía parece haber bastante margen para nuestra capacidad de asombro. La tecnología computarizada más avanzada en combinación con el aporte de componentes biológicos son los protagonistas de nuevos zapatos autorreparantes mucho más confortables que los conocidos hasta hoy, y con alto rendimiento y comodidad para los pies.
¿Es posible crear zapatos con tejido biológico que se autorrepara?

Tecnología 3D, materiales biológicos y autorreparación
El revolucionario concepto fue propuesto por el investigador y diseñador inglés, Shamees Aden. Estos zapatos ultramodernos contarán con un ajuste perfecto a los pies de los “caminantes”, a partir del empleo de material de síntesis biológica, suelas de caucho avanzado, e impresión 3D para su fabricación.
Y no sería de extrañar que este nuevo invento deje perplejo a más de un fabricante de zapatos convencionales, puesto que, aunque le cueste creerlo, estos zapatos podrán repararse solos mientras su dueño descansa.
El fabricante ha explicado que el proceso comenzará con una exploración 3D del pie del usuario; esto le dará la matriz necesaria para imprimir el “zapato”, y asegurarse de que todas las curvas y las líneas de su orejuela escaneada, estarán perfectamente acopladas. ¿Zapato impreso?, sí; ¿orejuela escaneada?, también.
Indudablemente, es un proyecto sin precedentes, intrigante. Quizá por lo exigente del mismo, Aden necesite la ayuda del Dr. Martin Hanczyc, especialista de una Universidad del Sur de Dinamarca, que trabaja con uno de los conceptos biológicos más básicos: las protocélulas. Sin duda, su aporte se antoja determinante en la producción de los nuevos zapatos de ciencia ficción.
Funcionamiento de las protocélulas
A las protocélulas se las emparenta con las primeras formas de vida en la tierra. Se trata de células que al ensamblarse dan lugar a un proceso conocido como abiogénesis. El investigador y el fabricante se han dado cuenta de que al imprimirse dichas protocélulas sobre una cubierta, se puede lograr un control bastante preciso de la amortiguación y apoyo del calzado.
Según las pruebas, los zapatos realizados con impresoras 3D pueden responder adecuadamente ante diferentes tipos de resistencia durante su uso. Cuando concluye la jornada, y luego de un uso intensivo del calzado, las estructuras del mismo se autorreparan.
Aunque los involucrados en el proyecto crean fervientemente en él, y estén ultimando detalles, dejan claro que por el momento es sólo un concepto, aunque con muchas posibilidades de concretarse. La impresión biológica a escala industrial será una prioridad dentro de la larga lista de tareas pendientes.
¿Crees que este calzado futurista ocupará un lugar en las estanterías de las tiendas destinadas a su venta?









