En el futuro las empresas van a estar divididas por personalidad

Nosotros no somos tan únicos como pensamos. Desde que tenemos memoria los científicos y psicólogos han intentado poner en categorías a las personalidades humanas. Carl Jung, por ejemplo, tenía la teoría de que existían « cuatro arquetipos», patrones e imágenes que están en el inconsciente universal y que se manifiestan en el comportamiento.

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Después está el test de Myers-Briggs, que toma la idea inicial de Jung y la convierte en un test (que puedes tomar por Internet) y que coloca tu personalidad en una de las 16 categorías que manejan.

Por último, y más recientemente, está la doctora Helen Fisher, una investigadora en la Universidad Rutgers y el Instituto Kinsey, que se ha pasado los últimos años buscando una relación entre la biología y la personalidad y parece que ahora lo logró.

Según ella cada persona expresa al menos una de las cuatro « constelaciones de personalidad» que se activan en uno de los cuatro circuitos cerebrales: la dopamina, serotonina, testosterona o estrógeno.

Según ella, cada circuito se corresponde con rasgo de la personalidad y este descubrimiento puede hacer muchos cambios en la sociedad. Los profesores pueden tomar en cuenta las personalidades de sus alumnos a la hora de enseñar y hasta los empresarios podrían utilizar la prueba para contratar empleados que tengan determinadas personalidades. Además, la doctora Fisher se asoció con David Labno, un consultor empresarial, para lanzar NeuroColor, una consultora que se encarga de «ayudar a los individuos a crear equipos y crear nuevas oportunidades de crecimiento, desarrollo y diversidad que antes no era posible.

Básicamente la empresa hace pruebas de personalidad a los empleados o clientes potenciales y hacen un reporte a las empresas y ellos pueden usar esa información para entenderlos y comunicarse mejor.

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Los tipos de personalidad

La prueba de Fisher no es como cualquier test de personalidad que puedas encontrar en internet. Para llegar a la conclusión de que hay cuatro constelaciones de personalidades cuestionó a 28 mil personas y después les realizó una resonancia magnética.

En una entrevista con Harvard Business Review, Fisher explicó que su test es mejor porque «se basa en la química del cerebro». Según ella hay ciertas cosas de la personalidad que vienen con la cultura (los valores que nos transmiten, las cosas que nuestros padres nos enseñan a hacer), mientras que otras, las del temperamento, se pueden explicar con más exactitud porque dependen de nuestra biología.

De esa forma ella determinó que las personas se dividen en cuatro según el sistema que expresen más y tienen características bien definidas:

  • Dopamina: es el neurotransmisor del placer y nos da la sensación de felicidad y alegría. Las personas que expresan este sistema son llamados «exploradores» y  tienden a ser creativos, espontáneos y sensibles.
  • Serotonina: es lo que nos produce la sensación de bienestar. Las personas que caen en esta categoría son denominadas «constructores» y son más conservadores que los otros, no son muy creativos, pero sí fiables.
  • Testosterona: esta la conocemos todos. La personas en esta categoría son más asertivos y competitivos y tienden a ser mejores en sistemas basados en reglas, como ingeniería, matemáticas y computación.
  • Estrógeno: los negociadores. Son personas más sociales, imaginativas y sensibles.
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Según Fisher, todos somos una combinación de esas cuatro categorías, pero una o dos se muestran de forma más notoria en nuestras personalidades. Saber que todos encajamos estas categorías puede tener dos consecuencias posibles: puede ayudarnos a entendernos mejor entre nosotros, o las empresas pueden convertirse en algo salido de The Hunger Games y dividirnos en distritos, pero solo el tiempo lo dirá.

La doctora cree que las empresas del futuro estarán diseñadas para cada tipo de personalidad, pero que aún falta mucho para que eso suceda.

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