En el funeral de Micaela, el Indio Solari la despidió con su canción preferida

Micaela García fue asesinada por Sebastián Wagner, un hombre que había violado al menos a dos mujeres y que se encontraba bajo libertad condicional, a pesar de los informes negativos de los especialistas. Pero así lo quiso el Juez Carlos Rossi. 

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En el momento de la despedida final, familiares, amigos y compañeros de Micaela, se reunieron en el Centro de Educación Física de Concepción del Uruguay para despedirla. 

Al velorio se acercaron cerca de 8 mil personas y sus seres queridos la despidieron como sabían que a ella le hubiera gustado: cantando, sonando bombos y tratando de estar lo más alegres posibles. A su manera, alegre y feliz.

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Cerca del mediodía, el Indio Solari se comunicó con la familia de Micaela para brindarle sus condolencias y estar presente:

"Estoy llamado para estar con ustedes simplemente de alguna manera. Es una situación muy delicada, muy fea, que yo no me puedo ni imaginar lo que debe ser".

El llamado se transmitió por el altoparlante del lugar para que todos pudieran escucharlo y Andrea, la mamá de Micaela le dice a Solari: “Mi hija fue a tu último recital y vino muy enojada con vos porque no cantaste 'Juguetes perdidos', pero muy enojada. ¿No podrás cantar aunque sea un rengloncito para ella?”.

El Indio no lo dudó y comenzó a cantar a capela:

Banderas en tu corazón. Yo quiero verlas ondeando luzca el sol o no. Banderas rojas, banderas blancas, de lienzo rojo en tu corazón.

Si bien se confundió un poco la letra y lo admitió en el llamado,  Juguetes Perdidos pero sonó para ella.

Mirá el video

https://www.youtube.com/watch?v=NNbeZN6PUJA

Micaela ya no está. Y lo único que queda por pedir es que tomemos conciencia, que este hecho sea el punto de inflexión que tanto necesita el sistema penal argentino. Que despierte el debate, la necesidad de realizar seguimiento a las personas que cometen delitos, que no se permita que un juez pueda optar por brindar la libertad aún cuando los especialistas opinan lo contrario.

Pero sobre todo, un sistema que se asegure de que quien cometió un delito, no lo vuelva hacer. Con seguimiento psicológico, con reportes periódicos, con controles. Porque las mujeres no queremos un botón antipánico. Queremos hombres que no nos violen. Que no nos maten. Porque vivas es como nos queremos.

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