En julio de 1960, mucho antes de que el mundo conociera a figuras políticas femeninas como Benazir Bhutto, Margaret Thatcher o incluso Hillary Clinton, Sri Lanka marcó la historia para siempre cuando eligió a Sirima Bandaranaike como Primera Ministra. Era la primera vez que una mujer era votada a la cabeza de un país. Sin embargo, más allá de este importante logro, la trayectoria política de Bandaranaike tuvo un nefasto impacto en la sociedad de su país.
En 1960 Sri Lanka elegía a la primera mujer líder de un país: conoce sus logros y su problemático legado político

La primera mujer líder de un país
Bandaranaike se convirtió en la primera mujer líder de un país el 21 de julio de 1960, siendo la sexta líder del país desde la independencia de éste en 1947. Bandaranaike había estado ligada a la política desde su juventud, puesto que su familia era prominente y tenía a varios familiares en organismos de justicia y hasta en el parlamento.
Más tarde, al contraer matrimonio con Solomon Bandaranaike, líder y creador del Sri Lanka Freedom Party, su inmersión en la política fue completa. Su esposo fue nombrado Primer Ministro del país en 1956 pero. Tres años más tarde, Bandaranaike fue asesinado luego de haber lanzado reformas que pretendían disminuir el poder que Gran Bretaña, antigua metrópolis colonial, seguía teniendo sobre el pequeño país insular.
Bandaranaike se unió al Sri Lanka Freedom Party y ganó las elecciones de 1960 bajo la promesa de seguir adelante con las políticas de su difunto esposo. Algunas de estas medidas son particularmente admirables y grandes ejemplos de emancipación poscolonial: desde la nacionalización de empresas de petróleo y bancos, hasta el cambio del nombre del país (que había sido llamado Ceilán por los británicos), pasando por la negación a seguir aceptando ayuda financiera por parte de los Estados Unidos.
Pero estas políticas también crearon problemas que terminarían siendo fatales para la sociedad de Sri Lanka.

Bandera de Sri Lanka.
Una líder que dividió a un país
Bandaranaike cambió el idioma oficial del país, pasando del inglés (instituido durante la colonia) al cingalés (sinhala), lenguaje hablado por el grupo étnico más grande de Sri Lanka (y al que ella pertenece). Si bien esto le permitió cimentar su autonomía frente a los antiguos poderes coloniales, también creó problemas entre el poder gubernamental y las minorías étnicas. La segunda minoría del país, los tamil (que no hablan cingalés sino el idioma tamil, y que constituyen aproximadamente el 29% de la población) se sintieron oprimidos por su gobierno, especialmente luego de que se definiera al budismo como religión de estado (los tamil son generalmente hindúes).
Estos problemas se condensarían hasta provocar una guerra civil que comenzaría en 1983 y que duraría hasta el año 2009. El conflicto se cobró la vida de entre 40 mil y 100 mil personas.
Bandaranaike volvería a liderar su país dos veces más. De hecho, falleció siendo Primera Ministra, el 10 de octubre del año 2000. Sin embargo, es probable que su legado político sea más recordado por sus aspectos problemáticos y su opresión de las minorías étnicas.






