A pesar de que la ciencia avanza a pasos agigantados día tras día, todavía hay mucha gente que se resiste a abrirse al nuevo mundo y prefiere mantener la confianza en las viejas creencias, aún a sabiendas de que pueden estar equivocadas.
¿El Sol gira alrededor de la Tierra? Aunque no lo creas, estas creencias todavía tienen cabida en nuestros tiempos

Sigue leyendo y descubre increíbles erróneas ideas científicamente demostradas que todavía quedan en el imaginario colectivo de los pueblos.
El Sol gira alrededor de la Tierra

Aunque parezca increíble, no lo es. Puede sonar a broma, pero según un informe de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología, un 25 % de los ciudadanos del país europeo no saben que la Tierra gira alrededor del Sol y siguen creyendo en las teorías geocéntricas aunque hace ya más de 400 años que se demostraron erróneas. Incluso los astrónomos de la Grecia clásica tenían sus sospechas 25 siglos atrás.
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Las frentes amplias señalan inteligencia

Si fuese cierto que una frente amplia es señal de inteligencia, este humilde escriba que firma estas líneas sería profundamente feliz, pues cada vez es mayor el espacio que se refleja entre el comienzo frontal de mi cuero cabelludo y la situación de mis cejas. Por desgracia, es una creencia popular errónea.
Si bien esta es una creencia que todo calvo puede usar en su favor, hay que saber que es falaz. Su precedencia comienza en el célebre escritor Gustave Flaubert, quien asoció la calvicie con una eficaz concepción de grandes pensamientos. Sin embargo, no hay una sola prueba científica que respalde esta teoría.
A pesar de los muchos estudios que se han realizado en torno a este hecho, como el del profesor Rouvertoux del CNRS francés, nada indica que una persona con poco pelo sobre su frente sea más inteligente que otra que luzca una hermosa mata de cabellos.
Las ostras son afrodisíacas

Ya quisiera más de uno poder comer un par de docenas de ostras y sentir cómo el amor recorre cada poro de su piel. Sin embargo, según la ciencia, lo único que podrás lograr es que te de una buena indigestión.
Como puedes imaginar, queda muy lejos el significado idílico de la ingesta de ostras con la realidad. No obstante, esta idea procede de la antigua Grecia, en cuya mitología se decía que Afrodita, diosa del amor, emergió del océano sobre una ostra.
Posteriormente, la historia de Casanova, cuyo juego de «el beso de la ostra» consistente en deslizar uno de estos moluscos sobre la boca de su amante tras haberlo saboreado él mismo no hizo sino fomentar esta idea errónea.
No obstante, el consumo de ostras no favorece la fertilidad humana, según Jean Michel Lecerf, perteneciente al Instituto Pasteur de Francia. Quizás el rumor surgió por la insuficiencia de cinc en el hombre, hecho que causaría la falta de producción de hormonas sexuales. Sin embargo, las ostras no tienen demasiado que aportar en este sentido.
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