El Monasterio de Santa Catalina del Monte Sinaí, o Monasterio de la Transfiguración, está situado en Egipto, a los pies del Monte Sinaí y depende de la Iglesia Ortodoxa de Jerusalem.
El Monasterio de Santa Catalina del Monte Sinaí
Su ubicación supuestamente coincide con el lugar bíblico en el que Moisés viera la zarza ardiente y es uno de los más antiguos monasterios que continúan en uso como tales. Fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en el año 2002.
La zarza ardiente
Narra la historia que Santa Elena, quien fuera la madre del emperador Constantino I, hizo levantar primeramente en el lugar una capilla y que fue luego el emperador Justiniano I el que construyera el monasterio, entre los años 527 y 565.
Teniendo en cuenta que la zarza que se conserva en el extremo oriental de la Basílica es la original el lugar se ha vuelto sagrado para tres de las más grandes religiones del mundo, el Cristianismo, el Islam y el Judaísmo.
El nombre de Monasterio de Santa Catalina hace referencia a una mártir cristiana cuyo cuerpo fue trasladado por los ángeles al Monte Sinaí, los monjes hallaron sus restos en una gruta alrededor del año 800 y desde ese momento el enclave se convirtió en el sitio de peregrinaje de miles de personas que llegan para venerar sus reliquias.
Tras refugiarse en cierta ocasión en el Monasterio, y en agradecimiento a los monjes del mismo por la ayuda que le brindaron, el Profeta Mahoma dejó allí un documento escrito donde les ofrecía su propia protección. Para venerar ese manuscrito se levantó allí una mezquita, aunque por no estar orientada mirando hacia La Meca, debido a un error en la construcción , no se la ha podido utilizar jamás.
Biblioteca y museo a la vez
Loa llamados anacoretas del Sinaí, ermitaños que se retiraban del mundo para vivir en las cuevas del monte fueron eliminados del lugar en el siglo VII, pero el monasterio consiguió sobrevivir gracias a los muros fortificados con las que contaba; hasta el siglo XX éstos sólo podían ser atravesados mediante una puerta elevada.
En la época de las Cruzadas, entre 1099 y 1270 aumentó considerablemente la cantidad de visitantes. En su interior existe una biblioteca valiosísima, segunda luego de la del Vaticano en cantidad de manuscritos y códices de todo el mundo, que guarda más de tres mil quinientas piezas en diversos idiomas.
También conserva verdaderas obras de arte, íconos y mosaicos procedentes de Rusia y Grecia, también pinturas y objetos religiosos tales como relicarios y cálices.
Los monjes conviven pacíficamente con los beduinos que habitan el desierto y reciben con cálida sencillez a los turistas que llegan ávidos de conocimientos o sólo por el ansia de saberse en uno de los rincones más profundamente religiosos del planeta.
¿Visitarían el Monasterio de Santa Catalina del Monte Sinaí? ¿Qué les parece este fantástico sitio?








