El Kremlin, importante símbolo de la ciudad de Moscú

El origen del Kremlin se remonta a siglos atrás, cuando fuera fundada la primera colonia en el lugar que hoy ocupa la capital de Rusia. En el transcurso de su mandato, el Príncipe Iván Danilovich Kalita ordenó amurallar la ciudad.

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Tras la caída del régimen zarista pasó a ser sede del gobierno y el nuevo régimen imperante dictaminó que sus puertas fueran abiertas al público. El Kremlin (la palabra kreml significa castillo o ciudadela) es en la actualidad un barrio independiente rodeado por muros de ladrillos que miden veinte metros de alto por 2,6 kilómetros de largo.

En el interior del amurallado recinto se alza un mundo de tamaño y belleza imponentes: hay palacios, iglesias y monasterios que rememoran el pasado, a los que se sumaron luego los edificios gubernamentales.

Monumentos de la modernidad

El más suntuoso es, sin duda alguna, el Gran Palacio, construido por el arquitecto Constantino Thon con un costo en aquel entonces de doce millones de rublos. Sus salas, escalinatas, galerías y habitaciones están decoradas con todo el lujo pomposo de la Rusia imperial. Cada espacio nos sorprende mostrándonos un despliegue increíble de mosaicos y frescos bizantinos.

Imagen thinkstock

En la Plaza Roja, cerca del Kremlin pero fuera de sus murallas, se encuentra la también famosa Catedral de San Basilio con sus nueve cúpulas, conformada, según el modelo ruso, por un grupo de iglesias que rodean a una central. En un principio el conjunto era monocromo, los brillantes colores que lo volvieron inigualable se deben a posteriores modificaciones que se realizaron.

Una maravillosa fortaleza

Pese a la fuerte estructura militar de sus muros provistos de almenas, sus altas torres y las cinco sólidas puertas con las que contaba, el Kremlin fue asediado, atacado y destruido varias veces en el transcurso de los años, pero tiene la misma virtud del Ave Fénix de renacer de sus cenizas, porque siempre volvió a ponerse en pie, reconstruido por los arquitectos siguiendo las pautas de los planos originales.

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El Río Moscova corre paralelo a una de sus murallas y le añade aún una mejor vista a su extraordinaria magnificencia.

Imagen thinkstock

Moscú es el centro del país en todos los sentidos y nada falta en ella para que los visitantes se sientan cómodos. Aunque el Kremlin y la Catedral de San Basilio sean los monumentos más concurridos, todo es atractivo, hay grandes parques y avenidas, iglesias con doradas cúpulas, mansiones de todas las épocas históricas y museos repletos de maravillosas obras que fascinan a los aficionados al Arte.

Cuenta también con gran número de teatros y salas de concierto, por lo que jamás podremos aburrirnos en nuestra estadía.

¿Conocías estas cualidades del lugar? ¿Visitarías el Kremlin

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