Antonino Fernández murió este año en su propiedad, valuada en 210 millones de dólares, a los 98 años de edad.
El ex Director Ejecutivo de Corona y sus grandes aportes a su comunidad natal

El millonario que ayudó a construir el Grupo Modelo que produce la cerveza Corona, murió en su ciudad natal, Cerezales del Condado, al noroeste de España.
Fernández usó parte de su riqueza para invertir en su pueblo natal, destinando dinero al agua potable fresca, la reurbanización de una plaza pública y la construcción de una Iglesia.
Un futuro mejor

Fernández nació en 1917 y tuvo 13 hermanos, y a los 14 años se vio forzado a dejar la escuela porque sus padres no podían costeársela.
A pesar de emigrar a México en 1949, él nunca olvidó sus raíces. A los 32 años, se fue de su pueblo y se convirtió en el CEO del Grupo Modelo, la compañía que elabora la cerveza Corona.
Corona se convirtió en la segunda cerveza importada más popular de los Estados Unidos y la más popular en México, y Fernández tuvo un gran éxito como empresario.
Su labor filantrópica
Fernández creó varias compañías filantrópicas, una de ellas, de nombre Soltra, ofrece empleo a personas con discapacidades, en su ciudad natal.
También creó una compañía similar, a nombre de su esposa, en la ciudad mexicana de Puebla, y un centro de cultural y de arte conocido como Fundación Cerezales Antonio y Cinia en su ciudad natal.
Su amor por su ciudad natal lo llevó a realizar numerosos aportes a la pequeña comunidad y a ser valorado por los residentes de Cerezales del Condado.
Según su testamento, el pueblo recibirá un nuevo centro cultural y una fundación sin fines de lucro local con 300 empleados.
Incluso algunas fuentes aseguran que el millonario también le dejó dinero a los habitantes de Cerezales del Condado, aunque otras fuentes lo desmienten.
A pesar de crecer en la pobreza, Fernández nunca olvidó su tierra natal e incluso fue honrado por el anterior rey de España, Juan Carlos, por sus obras caritativas.






