En el norte de Chile, en Sudamérica, ocupando las regiones de Arica, Parinacota, Tarapacá, Antofagasta y parte de Atacama, lindando con el Océano Pacífico por el oeste y con la Cordillera de Los Andes al este, encontramos el desierto más árido del mundo: el Desierto de Atacama, extendido sobre una superficie de más de 100.000 kilómetros cuadrados.
El desierto más árido del mundo, Atacama

Un desierto muy activo
A pesar de hallarse dentro de una zona tropical, hay una gran diferencia térmica entre el día y la noche, algo que es normal en los desiertos, donde al mediodía el sol calienta demasiado y a medianoche puede descender el termómetro a bajo cero, pero no varía mucho de estación en estación. La presión atmosférica se mantiene siempre alta.
Es una zona muy rica en minerales y esa es la principal actividad económica en Antofagasta y Calama, donde están las minas de cobre. El Salar de Atacama nos recuerda que en algún momento del lejano pasado todo formó parte de un lecho marino (hasta restos fósiles de pingüinos se han encontrado, además de los ya comunes restos de caracoles marinos), que seguramente ascendió al formarse la cordillera.

A pesar de la aridez no faltan las actividades, varios campeonatos de rally se realizan aprovechando el relieve altamente competitivo para el manejo. En las planicies corren llevados por el fuerte viento los carros a vela y desde las alturas descienden los parapentes proporcionando altos niveles de adrenalina para los amantes de esos deportes.
También las festividades religiosas de los pueblos originarios reúnen gran cantidad de personas.
Hay muchos lugares arqueológicos para visitar, museos y, aunque parezca una contradicción, posee ciudades con hermosas playas, tal es el caso de Arica, Antofagasta, Iquique, La Serena y Coquimbo.
Playas y volcanes nevados
En Copiapó el clima se modifica por la bruma marina (la camanchaca, para los nativos) que lleva humedad a los campos y permite el cultivo de vides en los valles y hay hasta una hermosa reserva natural en el Parque Nacional Pan de Azúcar.
Cerca de San Pedro de Atacama, a 4.300 metros sobre el nivel del mar, se encuentran los Géiseres del Tatio, un asombroso rincón geotérmico y en las Termas de Puritama se puede disfrutar de un baño sedante y curativo.
En las cercanías se halla el Valle de la Luna, hacia el sureste está el conocido Salar y también la Laguna Chaxa con sus bellos y estilizados flamencos; formando parte de la Reserva Nacional Los Flamencos de más de setenta mil hectáreas.

Un lugar único con infinidad de cosas para ver y disfrutar, desde las noches con una cantidad increíble de estrellas en el cielo nocturno que no se pueden ver desde ninguna otra parte del planeta, hasta las playas tranquilas del Pacífico, pasando por enormes minas a cielo abierto, internándonos en pueblos fantasmas que otrora brillaron de esplendor, subiendo hasta el Volcán Ojos del Salado, visitando el Parque Nacional Nevado Tres Cruces o tan sólo caminando por las interminables salinas en búsqueda de paz interior el Desierto de Atacama atrapará nuestros sentidos.
Grandes hoteles, incomparables restaurantes, casinos, discotecas y shoppings en cada una de las ciudades nos brindarán, mientras tanto, todas las comodidades. Nada nos faltará para regresar con la energía completamente recargada de nuestras vacaciones en el norte de Chile.
¿Han visitado alguna vez el desierto de Atacama? ¿Les gustaría hacerlo?







