Hoy en día nos sorprendemos cada vez que vemos un nuevo reto de internet. Algunos son simples, pero otros resultan bastante peligrosos. A veces pensamos que este tipo de actividades solo existen desde que se crearon las redes sociales, pero eso no es cierto. Una clara muestra es el snapdragon, también conocido como flapdragon según las variaciones, un juego social que existió desde el siglo XVI hasta el siglo XIX.
El desafío viral JAMÁS visto en Internet: peligroso, absurdo y del siglo XVI... ¡de veras!

¿Qué es el snapdragon?

El juego consiste en calentar el brandy, colocarlo en un bowl y ponerle pasas de uva. Luego se prende fuego y el objetivo final es comer las pasas de uva sin quemarse, a pesar de las enormes llamas que desprende la preparación. Por supuesto que las pasas todavía están calientes y con fuego cuando llegan a la boca y las llamas dan un aspecto de demonio a la persona.
Hay evidencias del juego en Inglaterra y Estados Unidos, sobre todo. Si bien se solía hacer con brandy, a veces se utilizaban otras bebidas, de acuerdo a las posibilidades. Lo mismo sucedía con las pasas de uvas que a veces se cambiaban por almendras o ciruelas.
Este juego se hacía más que nada en las fechas frías del año que coincidían con la Navidad. Por eso mismo en algunas variantes se coloca un budín navideño en el centro, con pasas a su alrededor. Sin embargo, el Jane Austen Center dice que en Estados Unidos también se jugaba en Halloween.
Supersticiones en el snapdragon

Una de las creencias populares era que la persona que consiguiera más pasas encontraría el amor en el plazo de un año. Por otro lado, en algunos sitios se colocaba un botón dorado dentro de una pasa y se convertía en «la pasa de la suerte». Quien la atrapaba tenía derecho a una recompensa.
Algunos autores famosos como Charles Dickens y Lewis Carroll nombran este juego. Probablemente desapareció de la cultura popular por ser muy peligroso. Hoy no sería una buena opción para pasar la Navidad debido a las quemaduras que puede ocasionar, pero en esos años toda la familia lo hacía, lo cual suena bastante irreal. Es que nada dice Feliz Navidad como personas con la lengua o manos quemados (no vayas a intentarlo en casa).
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