El Calafate, montañas, lagos y glaciares

Al sur de la Argentina se extiende una vasta región que ocupa varias de la provincias del país y a la cual se la denomina Patagonia. Es una amplia meseta donde impera el viento. Su límite oeste lo conforma la Cordillera de los Andes que la separa de otro bello país austral, Chile; por el este todas sus costas están bañadas por el Océano Atlántico que forma hermosas bahías y puertos naturales. Allí se encuentra El Calafate.

Naturaleza en su esplendor

Una de las provincias que conforman esta semidesértica meseta es Santa Cruz y en ella, a apenas un poco más de trescientos kilómetros de su ciudad capital Río Gallegos, encontramos la localidad de “El Calafate”, nombre que toma de un arbusto de la zona cuyos frutos son jugosas bayas de color azulado (de las que se cuenta que quien las prueba siempre regresará allí). Está magníficamente ubicada en Bahía Redonda, a unos doscientos metros por sobre el nivel del mar, a orillas del Lago Argentino y al pie del Cerro Calafate.

A veintitrés kilómetros al este cuenta con un Aeropuerto Internacional y hay pasos cordilleranos por los que se puede acceder a Torres del Paine en Chile. Es un importante destino turístico al que arriban visitantes de todo el mundo principalmente para conocer el Parque Nacional Los Glaciares que ocupa una superficie de alrededor de medio millón de hectáreas, distante a ochenta kilómetros de El Calafate. Son cuarenta y siete gigantescos ríos de hielo, de ellos el más activo y conocido es el Perito Moreno, con las impresionantes y estrepitosas rupturas de sus heladas paredes. Entre la vegetación de este increíble paraje se destacan los bosques de lengas y cohiues y dentro de su fauna encontramos pumas, zorros colorados y grises, liebres, huemules y armadillos.

Un espacio variado y extenso

Los primeros colonizadores de la zona establecieron en ella lugares de cría de ganado lanar (en la actualidad ha prosperado también el ganado vacuno). Uno de los platos típicos que se puede disfrutar en los restaurantes del lugar es justamente el cordero patagónico, que es un verdadero manjar para exquisitos. Con los frutos del calafate se preparan dulces que se venden como recuerdo y pueden degustarse, además, junto con el desayuno o la merienda acompañando al té, al café o al chocolate en las tiendas locales.

Un rincón del planeta que nos brinda paisajes incomparables donde la naturaleza se desborda, nos da la oportunidad de ver plantas y animales que no existen en otros lugares y donde se disfruta de la amabilidad de los pobladores, es realmente digno de conocerse.

¿Han visitado El Calafate? ¿Cuál es su zona favorita de Argentina?