Los datos relativos al ataque de la noche del jueves en la concurrida avenida de Champs-Élysées de París, en la que resultó muerto un oficial de policía y, poco después, el propio atacante abatido por las autoridades, han comenzado a salir a la luz, mientras las repercusiones políticas se expanden en todas direcciones.
El ataque en París, Le Pen, Trump, el Estado Islámico y el aprovechamiento político

Se sabe, por ejemplo, que el hombre que descendió de su vehículo con un arma automática y abrió fuego contra la patrulla policial era Karim Cheurfi, un parisino de 39 años que, entre 2001 y 2014 estuvo cuatro veces en prisión por delitos de robo, agresión y tentativa de homicidio, incluyendo ataques previos contra oficiales de policía, y que estaba bajo vigilancia de servicios de inteligencia.
Hace pocos meses había sido arrestado, presuntamente por hablar sobre sus intenciones de atacar a la policía, pero fue liberado por falta de evidencias.
La policía tampoco encontró en aquel momento pruebas de que estuviera vinculado a alguna organización terrorista, pero ahora, apenas horas después del ataque, el Estado Islámico ( EI) ya se lo había adjudicado, de manera inusualmente rápida.
Según los reportes, también fue encontrada junto a su cadáver una nota en defensa del EI.
De esto modo, el ataque se ha convertido oficialmente en un ataque terrorista y así lo está tratando el gobierno de Francia.
Una tragedia y el provecho electoral

La prensa también difundió los datos del policía que fue asesinado por el terrorista.
Como si todo esto fuera el guión de una película de Hollywood, el oficial de 37 años, que estaba en la fuerza policial desde 2010, era además activista por los derechos LGBT y había estado el año pasado en la reapertura de la sala Bataclan, celebrando lo simbólico de ese acto como lucha contra el terrorismo.
Xavier Jugelé, ese era su nombre, formaba parte de una organización llamada Flag, formada por oficiales de policía LGBT y defensores de sus derechos, y había participado en manifestaciones de protesta contra las acciones legales de Rusia en el asunto.
Además, había estado trabajando en Grecia, como parte de un equipo que viajó a ayudar a los oficiales locales a lidiar con el gran número de inmigrantes que cruzan el mar Egeo para buscar refugio en aquel país.
Su muerte, ocurrida tres días antes de las elecciones presidenciales en Francia, ya está siendo aprovechada políticamente, por candidatos que se benefician del terror y los inmigrantes para propuestas nacionalistas y xenófobas, y que probablemente no tienen ninguna simpatía por la comunidad LGBT.

Marine Le Pen, la candidata de extrema derecha, había valorado el triunfo de Donald Trump en Estados Unidos por “hacer posible lo que antes era considerado imposible”; en otras palabras, que candidatos con esa clase de discursos racistas y xenófobos triunfaran en las urnas (es un decir: Donald Trump tuvo menos votos que su rival demócrata Hillary Clinton).
Le Pen ve esto como un precedente de lo que pueden ser las elecciones en Francia y sus posibilidades de triunfo, pese a que ahora mismo, a días de la primera ronda electoral, se encuentra por debajo del candidato independiente de centro izquierda Emmanuel Macron.
Macron fue, precisamente, quien acusó a Le Pen, y también al otro contendiente con grandes posibilidades en las próximas elecciones, el conservador de derecha François Fillon (tercero en las encuestas, muy cerca de Le Pen), de utilizar políticamente la muerte del oficial Xavier Jugelé.
Le Pen y Fillon se han hecho eco del incidente para envalentonar su discurso sobre un país “en guerra” con el radicalismo islámico, al que ambos tratan como una avanzada organizada, expansionista, totalitaria y salvaje a la que hay que combatir con fuerza y represión.
Le Pen, quien aseguró que si ella hubiera estado en el gobierno habría evitado el incidente, considera que Francia debe plantarse en pie de guerra contra los fundamentalistas, y propone la expulsión de extranjeros ligados al islam y el señalamiento de sospechosos.
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En una postura que suena similar a la de Donald Trump, Le Pen ha advertido sobre la pérdida de identidad y de valores en Francia por esta razón. Trump no se mantuvo ajeno y echó leña al fuego, diciendo que este ataque tendría sus efectos inevitables en las próximas elecciones de Francia: “el pueblo de Francia no tolerará mucho más todo esto” agregó el presidente estadounidense.
Macron, por su parte, consideró que en estos momentos de tragedia y duelo debía reinar un espíritu de responsabilidad y que no debían sucumbir al pánico.
Este domingo, con Macron como favorito, seguido de cerca por Le Pen y Fillon, será la primera ronda de las elecciones presidenciales en Francia. Si ningún candidato obtiene la mayoría, los dos más votados definirán las elecciones en una segunda vuelta, el 7 de mayo.
Sea cual sea el resultado de las elecciones, todo parece indicar que el que va ganando es el terrorismo.






