La conquista de América comenzó luego de que Cristóbal Colón llegara en el año 1492. A partir de ese entonces, el Imperio español, portugués, y, desde comienzos del siglo XVII, el imperio británico, Reino de Francia y de los Países Bajos, colonizaron y sometieron a sus pobladores nativos.
El Año Nuevo no empieza el 1 de enero como muchos pensaban y esta es la explicación

Con el objetivo de «culturizar» una comunidad que para ellos era salvaje, asesinaron a millones y los obligaron a renunciar a su identidad y sus costumbres, para imponerles a la fuerza sus creencias religiosas, junto con sus hábitos políticos y sociales, incluyendo, entre ellos, cuándo comienza un año nuevo.

El calendario gregoriano
El Año Nuevo celebrado el 1 de enero del calendario gregoriano fue instaurado por el papa italiano Gregorio XIII en 1582 y se utiliza en la mayoría de los países del mundo, pero ¿cuándo se celebraba Año Nuevo antes de la colonización y el sincretismo cultural?
El Año Nuevo indígena en América del Sur
En Latinoamérica existen actualmente 522 pueblos originarios que van desde la Patagonia hasta el norte de México. Cada una tiene su propio calendario, pero centenares de comunidades originarias del Hemisferio Sur de América coinciden en una fecha: el 21 de junio.
El año nuevo para muchos pueblos originarios de América del Sur como los aymara, quechua, atacameños y mapuches, entre otros, tiene lugar el 21 de junio.
La fecha elegida no es al azar, sino que se corresponde con el momento en que se produce el solsticio de invierno, es decir, el día más corto del año en el hemisferio sur, debido a que las noches se alargan y las horas diurnas se acortan.

Qué significa el Año Nuevo para las comunidades indígenas
El Año Nuevo es considerado por los indígenas como un renacer porque marca la finalización del período de cosecha y el principio de una nueva época de siembra.
Las comunidades originarias consideran que, durante el solsticio de invierno, toda la naturaleza se renueva, ya que los animales cambian su pelaje, el agua de los ríos se nutre de lluvias y deshielos, y el ser humano y la naturaleza pactan su vida en armonía, celebrando la ceremonia ritual del inicio de un nuevo ciclo de vida.
La importancia de esta relación primordial se expresa en la identidad social, cultural y religiosa de los pueblos indígenas, siempre vinculada al culto de la naturaleza, a los elementos que la constituyen: el Sol (padre sol), la Tierra (madre tierra), los árboles como el Canelo o la Araucaria y los animales.

Nuestros pueblos originarios, entonces, establecieron el 21 de junio por los ciclos del sol. ¿Tiene mucho sentido, no crees?







