El 2016 fue oficialmente el año más cálido de la Tierra

La Organización Meteorológica Mundial anunció que oficialmente el 2016 fue el año más cálido de la Tierra, desde que comenzaron los registros en 1880.

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El 2016 fue récord mundial de calor por tercer año consecutivo, y también indica que 16 de los 17 años más calientes registrados han ocurrido desde 2000. Incluso según los expertos, el último récord de año frío fue en 1911.

Un registro que preocupa

El 2016 ha continuado con la tendencia de calentamiento a largo plazo que los científicos han observado desde los años 70. Y se registró que las temperaturas sobre los continentes y océanos de la Tierra fueron de 1,1 grados Celsius por encima del promedio. 

Las temperaturas elevadas fueron más fuertes en el Ártico, alterando el ecosistema y ocasionando un declive en el hielo marino

Las repercusiones en el Ártico fueron muy importantes, como la rápida erosión costera causada por el cambio climático que afecta la supervivencia de los osos polares.

Si bien las temperaturas del Ártico fueron las más sorprendentes y preocupantes, no fue la única zona en sufrir el calor. En África, la sequía y la hambruna fueron una gran preocupación generada por la ola de calor. Mientras que en India, los habitantes de la ciudad de Phalodi vivieron el día más caluroso en la historia del país

La influencia de El Niño

Imagen thinkstock

El fenómeno meteorológico de El Niño, que aumentó las temperaturas del Océano Pacífico, bombeando calor excesivo a la atmósfera, duró entre 2015 y 2016, y jugó un importante papel en elevar la temperatura del planeta.

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Sin embargo, este fenómeno es solo un factor en el calentamiento del planeta, y relativamente pequeño en comparación con el papel que jugamos los seres humanos.

La combinación del fenómeno natural del niño y la tendencia al calentamiento global continuado, impulsado por la actividad humana, son las causas del récord registrado.

Estos datos hacen que sea imposible negar el problema del cambio climático, la Tierra se está calentando y las temperaturas se dirigen hacia niveles que amenazan no solo al mundo natural sino también a la civilización humana.