En junio de 2013, poco después de que Edward Snowden filtró documentos clasificados de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) a medios de prensa, con todo lo que sabemos que eso desencadenó, el Departamento de Justicia estadounidense reveló que Snowden sería acusado de dos cargos por violar la Ley de Espionaje de 1917 y otro por hurto de propiedad gubernamental, lo que, en caso de ser juzgado, podrían significarle al menos 30 años de prisión.
Edward Snowden exige a Barack Obama un indulto basado en razones "éticas"

Desde entonces, Snowden está exiliado en Rusia, donde recibió asilo político y permanece hasta hoy.
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Desde Moscú, Snowden dio una entrevista al periódico The Guardian (uno de los que difundió originalmente los datos de la NSA), en la que considera que el presidente estadounidense Barack Obama debe concederle el indulto —esto es, perdonar la pena asociada a los cargos de los que se le acusa—, argumentando para esto razones éticas.
Según Snowden, sus revelaciones relativas a los programas secretos de vigilancia masiva de la NSA no solo fueron legítimas desde un punto de vista moral, sino que además han significado una mejora para los ciudadanos.

“Sí, hay leyes que dicen una cosa, pero es tal vez por eso que existe una figura como la del indulto: para las excepciones, para las cosas que pueden parecer ilegales en el papel pero que cuando las evalúas desde lo ético, cuando miras la parte moral, resulta que son necesarias, que son cosas vitales” dijo Snowden.
Y luego agregó que “cuando la gente evalúe los resultados, los beneficios, resultará evidente que con lo que pasó en 2013 las leyes de nuestro país cambiaron. El congreso, los tribunales de justicia y el presidente, todos cambiaron sus políticas como resultado de estas revelaciones. Al mismo tiempo, no hay ninguna evidencia pública de que algún individuo haya resultado dañado”.
Según el reportero de The Guardian, un indulto presidencial por parte de Obama suena muy improbable, aún teniendo en cuenta que antes de ser presidente Obama era un abogado constitucional que valoraba los asuntos de privacidad y sabía de los peligros de la vigilancia masiva.
La campaña a favor de un indulto presidencial tendrá también un importante aliado con la película Snowden de Oliver Stone, que se estrena esta semana en los Estados Unidos y que según el director se propone cambiar la opinión pública y la visión de que es un whistleblower, un soplón (tal vez la presencia de una figura simpática como la de Joseph Gordon-Levitt en el papel sea de ayuda).

En 2014, Obama había sugerido que Edward Snowden fuera a Estados Unidos y enfrentara los cargos en un tribunal.
Snowden se negó. “Lo que no dice el presidente es que los crímenes de que se me acusa no me permiten defenderme. No me permiten presentar mi defensa en un tribunal público y convencer a un jurado de que lo que hice fue en beneficio público” dijo entonces.
El problema son los cargos relativos a la Ley de Espionaje de 1917, una ley anacrónica, creada durante la Primera Guerra Mundial para evitar que espías vendieran secretos del enemigo a cambio de beneficios, que nunca se pensó para circunstancias como la de Snowden u otros que han estado involucrado en este tipo de filtraciones.
Según el representante legal de Snowden, nadie acusado de violar esta ley que no sea un espía podrá tener un juicio justo.
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