La guerra transforma la vida de las personas. El terror nubla y oscurece una ciudad y un país. Es difícil concebir un espacio de alegría y de arte entre tanta tristeza. Pero, a veces, la música puede ayudar a dar luz y vida a una ciudad vacía. Y ese fue el objetivo que se trazó Ameen Mukdad.
Dio un recital entre las ruinas de Mosul: su música se sobrepuso a las lejanas explosiones

Después de tres años de comenzada la guerra por parte de ISIS, Mukdad volvió a tocar el violín en medio de las ruinas. Su historia y la de las 20 personas que sonrieron al escucharlo merecen ser contadas…
La censura de un violín

Mukdad seguía tocando a pesar de que ISIS había tomado la ciudad. Lo hacía en secreto, para no levantar sospechas. Sin embargo, los soldados del Estado Islámico lo encontraron y le quitaron sus instrumentos. Cuando el grupo terrorista tomó por completo Mosul, Mukdad decidió irse a Bagdad, la capital de Iraq.
A pesar del terror de los últimos meses, la defensa de Iraq liberó algunos barrios de la ciudad. Por este motivo, el artista decidió volver a su barrio y hacer lo que mejor sabe hacer: cautivar y hacer felices a otras personas con su música.
En un barrio completamente destrozado, Mukdad comenzó a tocar el violín. Solo 20 personas vieron la actuación. Parecía un barrio fantasma, pero se llenó de vida al escuchar las melodías que salían de ese instrumento. A veces, las bombas y los disparos de otros barrios intentaban ganarle, pero no lo lograron: la música se sobrepuso a esos horrendos sonidos.

«Quiero aprovechar la oportunidad para enviarle un mensaje al mundo. Es una huelga contra el terrorismo y todas las ideologías que restringen la libertad. Quiero que sepan que la música es hermosa», dijo el artista. Mientras que una de sus espectadoras manifestó que «la actuación fue como un sueño», «esta música se trata de Mosul y de toda su belleza. Se nota el terrible daño, pero todavía queremos ser felices, todavía queremos escuchar música», agregó.
¿Por qué decidió tocar? «Para decirle al mundo que Mosul todavía es libre aunque la mitad de ella esté bajo fuego. Para decirle al mundo que Mosul está en busca de libros y música para nacer de nuevo».
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Arte para derrocar al terrorismo

Mukdad alegró a 20 personas en medio de un barrio destrozado. Pero, por suerte, hay muchos Mukdad en todo el mundo. Los hubo, los hay y los habrá.
En Túnez, por ejemplo, el terror se había apoderado de las calles. No obstante, seis jóvenes decidieron cada día tocar música en medio de la calle. ¿Con qué objetivo? Luchar contra el terrorismo brindando un mensaje de paz a través de la música.
Abdul Kalam, quien fue presidente de la India, se preguntó si la música podía ser una herramienta para poner fin a la amenaza terrorista. «Estaba pensando si existe alguna solución alternativa que no sea militar, económico o judicial para poner fin a este problema. La India tiene una rica herencia de literatura, música, danza y arte dramático».
El arte y la convicción de un mundo mejor pueden combatir el terrorismo. Quizá sean las «arma» más efectivas para combatir el odio sin generar más horror. Si seguimos por el otro camino, el mundo se puede acabar. «Ojo por ojo y el mundo acabará ciego», dijo Mahatma Gandhi. ¿Estamos seguros de seguir esa vía?
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